El timo de las votaciones

Esto que pasa en España no sucede ni en Venezuela (con perdón para los venezolanos), porque es el mayor pucherazo electoral de la historia democrática de este país, con el engaño más ruin y cruel hacia los votantes, dejando a todos los partidos con el culo al aire y dejando ver qué clase política es la que tenemos, una clase política de trileros y buscavidas, capaces de vender sus ideales y convicciones con tal de conseguir un escaño o una alcaldía.

Estas elecciones deberían ser anuladas por fraudulentas, y no sé hasta qué punto sería motivo de querella contra todos los partidos que hayan incurrido en el mismo (y animo a algún bufete de abogados con capacidad y valentía a estudiar el tema). Todos fuimos vilmente engañados y traicionados por nuestros partidos, y me explico.

El PSOE no se cansó de decir que nunca pactaría con Podemos; Podemos, que nunca lo haría con la "casta" (PSOE-PP); estos, que nunca lo harían con Podemos, e IU, que nunca entraría con Podemos ni con el PP, en fin, que no cambiarían sus ideales por nada.

Vamos a las urnas creyendo en nuestros políticos y nos encontramos que nuestros trileros representantes con tal de conseguir puestos de concejalías y alcaldías, hacen sus juegos de manos, y yo que voté un partido porque creía en sus propuestas, gracias a ese partido me siento representado por un partido al que yo nunca votaría.

Esto es tan denigrante que yo que creía que ya se había visto lo peor de los políticos, me encuentro que todavía se pueden hacer más trampas para conseguir seguir engañándonos con esos juegos malabares, y donde hace 15 días dije "Diego, ahora digo, digo", y el que era un partido de casta, ahora es mi compañero de correrías.

Qué pasaría si levantasen la cabeza Tierno Galván, Suárez, Carrillo, Pasionaria, Fraga, Horacio Iguanzo, etcétera, y se encontraran cómo el PSOE da la Alcaldía de un Ayuntamiento al PP en contra de IU, cómo IU hace lo mismo dando otra a Podemos, con tal de que no lo haga el PSOE, y así todos, dándonos a entender que... vosotros votar a quien queráis, que nosotros ya pondremos a quien nos dé la gana (cualquiera de ellos se moriría otra vez o mataría a más de uno).

Estos serían capaces de negociar con el mismísimo caudillo con tal de conseguir un sillón o una vara de mando en cualquier pueblo de España.

¿Y estos son los que se hacen los dignos ante los temas de corrupción? ¿Habrá más corrupción que cambiar el voto de una persona que con buena voluntad acude a las urnas para votar a un partido de izquierda y que ve cómo va a parar a uno de derechas? Eso sí que es corrupción.

Y así, estos trileros, tramposos, embaucadores, vendedores de humo y muchos otros adjetivos calificativos que se les podrían seguir poniendo, acaban con la poca confianza que nos quedaba en nuestra clase política, no sería extraño que en las próximas elecciones se voten ellos mismos y, de esta forma, nos ahorrarían tiempo.

Por todo ello, yo pediría a los que como yo se sientan engañados, tomemos buena nota y en las siguientes citas electorales negocien entre sí, y el que más pueda, "capaor".

Se me pone la piel de gallina cuando siento decir a más de un (una) alcalde(sa) que los electores les votamos en mayoría, cuando fue la tercera o cuarta lista votada, pero que llegó a la Alcaldía por medio de las artes de trilería de su partido y otros dos o tres de signo claramente contrario a sus ideologías (si es que las tienen), ¿esto no es corrupción?

Desde ya pido a estos que nos engañaron que por honradez renuncien a sus concejalías y varas de mando y en otras elecciones (antes de las mismas) se formen los pactos o se unan los grupos, ¡pero antes! Así, de esta forma, sabremos dónde van a ir nuestros votos.

Por todo esto, digo y mantengo que esto es peor que lo de Venezuela, porque allá por lo menos lo hicieron a cara descubierta y es lo que se esperaba de una dictadura como aquélla, aunque las próximas, aconsejados por Podemos, igual las hacen como ahora aquí.

Creo que me he explicado medianamente claro, y para los que me quieran comprender, ésta es mi opinión, y para los trileros, que sigan dando vueltas a las cartas, y a ver debajo de cuál aparece la bola, de tal forma que ellos consigan sus propósitos, que no son otros que seguir engañándonos, aunque a quien suscribe no lo harán más, pues no pienso volver a pasar jamás por las urnas mientras este sistema no cambie, y el voto de los ciudadanos sea el que decida quién nos dirigirá.

Soy uno de los perjudicados en grado máximo de las políticas del actual Gobierno, pero no dejo de reconocer que les tocó bailar con la más fea para intentar sacar a este país de la quiebra y, claro está, esto para la cantidad de parados, desahuciados y embargados de la clase obrera y también de los pequeños empresarios autónomos que vimos cómo desaparecía nuestro pequeño patrimonio es muy duro, la culpa siempre es de quien en estos momentos ostenta la dirección del país, pero no nos paramos a pensar que nosotros también en parte somos responsables, a menor escala, y que también ayudamos a llegar a esta situación.

Quién no pagó o cobró una factura en "B" para ahorrar el IVA, quién no recurrió a alguien para que nos hiciera un trabajo sabiendo que esa persona o estaba en el paro o lo hacía fuera de su trabajo, con lo que perjudicábamos a los profesionales que tenían que hacer frente a sus tributos, etcétera (en unos momentos tan difíciles).

Si a eso añadimos cursos de formación que se cobraban y no se daban (de eso saben mucho las centrales sindicales), subvenciones para empresas que antes de un año desaparecían (casi siempre creadas por gente de fuera) y tantas y tantas otras formas de engañar a las instituciones. (Quien esté libre, que tire la primera piedra, ¡pero con casco de seguridad, no sea que le caiga en la cabeza!).

Pero bueno, estos comentarios son un añadido a lo que es el motivo de mi escrito que no es otro que la chapuza "trolera" además de trilera de estas elecciones, que lo único que dejan claro es que esta clase política actual es de auténtica vergüenza, que no para ante nada con tal de conseguir sus propósitos.

Manuel Rodríguez Fernández

Siero