Mantengan la Pólvora seca
Leiva está dando los últimos coletazos en los escenarios, su actual gira Pólvora llega a su fin el 4 de Julio en el Barclays Center de Madrid; tras meses de furgoneta y muchos kilómetros a su espalda. Tiene pensado tomarse un descanso, recobrar fuerzas, y emprender con ganas la creación de nuevos temas y su tercer disco en solitario.
Pero antes de todo, el viernes 26 de junio le tocaba por segunda vez en esta gira: Gijón. La cita tenía lugar en el Teatro de Laboral a las 20.30h. Los fans, aunque estaría mas acertado diciendo las, ya que la inmensa mayoría eran mujeres, esperaban ansiosas la apertura de puertas. Con algo de retraso saltó al escenario, abrió el concierto con Los Cantantes. Podíamos verle con su atuendo habitual: sombrero; camiseta ceñida y cazadora vaquera; pitillos imposibles y botas. El atuendo, junto con su extrema delgadez y el pelo en su testa hacen de él un retrato entre: Rocknroll star; joven pandillero y suburbial; y castizo chulapo. Leiva, salvando las distancias, va camino de consolidarse como lo más parecido a Sabina; cronistas de la -su- vida, cronistas de Madrid.
Todos recordamos que Leiva era la media naranja de Pereza junto a Rubén Pozo. Intercalo canciones de sus dos discos en solitario, junto con otras de su militancia en el mítico grupo , como Por mi tripa y Animales. Se pudo percibir algún pequeño fallo de sonido, y pequeños gallos y faltas de tono del cantante; pese a esto fue un concierto redondo. El público, desde un principio, estableció una simbiosis con el artista y no pararon de gritar, corear las canciones y ovacionar. Apenas permaneció alguien sentado en su butaca. Como colofón final, tras algo más de hora y media de concierto, se decantaron por tocar Lady Madrid, que hizo enloquecer a todo el que estaba allí, y no dejo a ninguna de las almas congregadas apoltronadas en la silla.
Gijón se rindió a la buena música, a un buen espectáculo, a la Leiband. Así que mantengan su fe en Leiva, y la Pólvora seca.
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