La política del "simpa"
Escribo estas líneas abrumado por el suicidio colectivo de Grecia, o no. Se está instaurando en Europa, por lo menos, una nueva política, la política del "simpa" (sin pagar).
En mi época, lo peor que te podía pasar era no poder hacer frente a una deuda, te calificaban de moroso y era un estigma, con el que tenías que vivir toda tu vida. Ahora se quiere seguir viviendo en la casa del padre fallecido, pero sin aceptar la hipoteca contraída por él.
Esta política del "simpa" se está estableciendo en todos los niveles. Es como cuando tienes un cliente que te debe dinero. ¿Qué haces? Sigues dándole mercancía o rompes con él. Creo que hay que estudiar cada caso y para eso está el estudio de la deuda. Si ese cliente no paga casi nunca, hay que armarse de valor y romper con él, aunque eso suponga una pérdida de todo lo aplazado.
Se habla de que la salida de Grecia debilitará el euro. Los países sometidos al euro están sufriendo mucho más con la indefinición. Hoy el Ibex no para de bajar y la prima de riesgo, de subir.
Lo que es peor, o se corta por lo sano, viendo el mundo lo que pasa cuando se juega con el fuego económico, o la mancha de aceite se derramará por los diferentes países que han y están sufriendo la crisis. Existen manifestaciones en Europa y en concreto en nuestro país que así lo corroboran; sin ir más lejos, el alcalde de Podemos de Cádiz ha dicho que no acepta la deuda anterior.
Esto me recuerda el principio de la crisis y, por lo tanto, de los recortes; vi a un hombre con una pancarta que decía "yo no contribuí a la crisis". Es cierto que ha habido corrupción, robos, etcétera, pero todos en algún momento hemos usado los servicios públicos, hemos ido al médico, hemos usado carreteras, nos han pagado pensiones, etcétera, y eso ¿cómo se paga, con nuestros impuestos? Por desgracia, en la mayoría de los casos no llega, para eso está lo que se llama deuda, bien autonómica o nacional.
La verdad es que estoy preocupado, pero ya me dijo mi hijo que dejara de preocuparme, que, total, todo va a saltar por los aires. Oye, me tranquilizo.
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