Un ángel en el Parque Natural de Redes
Se nos fue Emilio Paraina. Un ejemplo de padre, esposo, abuelo, amigo y
compañero. El martes 30 de junio, un intenso azul en el cielo, junto a un manto de luz y un olor a perfume repleto de naturaleza, lo estaba esperando en las Colladas de Tanes.
Canta la perdiz y susurra melancólica la fuente. Los corzos y ciervos lo rodean a su paso y aquellos jabalíes encamados en la tranquilidad de la montaña lo envuelven en su hocico con aroma de azahar.
Siempre recordaremos su eterna sonrisa, su espíritu de sacrificio y de lucha, su conformismo y su saber estar incluso en situaciones críticas; todos esos rasgos propios de su personalidad es la mejor herencia que nos ha podido dejar para tenerlo como un ejemplo a seguir. Cabe destacar también su ilusión por disfrutar de la familia, los amigos y, ¡cómo no!, de su incansable afición: la caza.
Queremos agradecer a cuantos nos acompañaron en su lucha incansable en la enfermedad. A su familia, a sus amigos y al Hospital Valle del Nalón. Gracias a todos los médicos, enfermeras/os y auxiliares que lo acompañaron, con alegría e ilusión.
Gracias en especial a todo el equipo de digestivo. Siempre estará en nuestro corazón no sólo por su gran profesionalidad, sino por todo el apoyo, ánimos y empatía que nos han transmitido.
Gracias al centro de salud de Pola de Laviana y en especial a su médico, Juan Jesús, y su enfermero, también amigo, Florentino Suárez. Con ellos hemos aprendido muchas pautas médicas que se nos escapaban de las manos y nunca nos hemos sentido solos, sino todo lo contrario, muy confiados por el arropamiento que nos brindaron siempre.
Gracias también a nuestro amigo el doctor Nieto y su familia, que por su sabiduría y bondad nunca nos hizo sentir derrotados, aun en los momentos más difíciles. Siempre nos inyectaba dosis de optimismo para seguir adelante.
Papá, ahora ya estás descansando en Redes, en tu cabañina, en donde tú te sentías tan relajado y dichoso, allí te vamos a tener siempre y te recordaremos con tu sonrisa. Llegará la berrea en septiembre y tus oídos la van a escuchar, pasarán jabalíes y hasta en sueños fijo que algún tiro te apetecerá tirarles.
¡Ay, papá!, te vamos a echar tanto de menos que contamos contigo para que nos des tu fuerza, coraje y persistencia para seguir adelante con tu ejemplo.
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