¿"Descarbonizar" la tierra, encíclica... laica?
Subtítulo:La búsqueda de hipótesis finalistas sobre el porvenir de los terrestres
Destacado: Las reuniones de Kioto y pronto París emiten cartas de propósitos reconocibles, pero difícilmente ejecutables
La fundamentalización extensiva o global de las "variadas fluctuaciones climáticas" y de los muy lábiles aspectos de las "contaminaciones" conducen a confrontaciones de estudio cruciales, tanto para conocer y prever pormenores del desarrollo de la tierra, como de lo terrestre, ya sea en su faceta vital como en las no vitales. Que existieron fluctuaciones climáticas, catastróficas o fuertemente destructivas sobre la superficie y subsuelo de la tierra de cada momento está sobradamente probado. También como tales manifestaciones fluctuantes continúan incorporadas incluso a los cambios estacionales de cada anualidad de la cronología humana actual, cual efecto común propio de la actividad geo-vital. Por otra parte, los residuos materiales emitidos por las dinámicas fluctuantes y variaciones parametrizadas diversas es conocido que dan lugar a la fenomenología de la contaminación, tanto genérica como de las específicas.
La tendencia científica es tratar de buscar hipótesis finalistas sobre el porvenir de la tierra y terrestres. Las más manejadas en estos momentos por las informaciones mediáticas y de divulgadores científicos de oficio son las esenciales siguientes: "calentamiento global", cuyas consecuencias colaterales serían modificaciones en los océanos y particularmente en los ámbitos costeros, así como respecto a la atmósfera meteorológica; "cambio climático" (local o regional), que se quiere extender a los ámbitos y espacios globales. Tales derivaciones de la hipótesis genérica atribuyen al "hombre del desarrollo" y su geo-período activo (a denominar ¿"antropo-desarrollense"?) como causante esencial izado de los males citados.
La tecnología y sociología política focalizan la hipótesis de causas en la utilización de "energías fósiles": sus proposiciones son: ¿"descarbonizar" la tierra? Y consecuentemente ¿"desfosilizar" la energía? Así se quieren presentar sociológicamente, con el añadido de fechas, para conseguir diversos estadios en las mencionadas proposiciones. París, tras Kioto, será el lugar elegido para lanzar al orbe global los protocolos-carta, destinados a producir la inversión o atenuación de las hipótesis científicas y tecnológicas, atribuidas o supuestas, al período en curso del desarrollo antrópico desmesurado. Tanto por global como debido a las vertientes colaterales de mantenimiento no obstante del bienestar, que pocos se atreven a cuantificar. ¿Es posible descarbonizar la tierra?: solamente disminuir puntualmente algunos aspectos, mediando una disciplina sociológica y económica de difícil definición. ¿Resulta factible desfosilizar energías?: únicamente localmente, mediando los problemas del reciclado industrial, así como sus efectos en las energías geotérmicas y geotermo-nucleares del subsuelo. Las reuniones de Kioto y pronto París emiten cartas de propósitos reconocibles, pero difícilmente ejecutables y, sobre todo, ajustables a nivel global. Bueno es que al menos sirvan para abrir horizontes de responsabilidades, y no tanto que se excedan en expectativas con fechas. Salvo las de respetar, conservar, estudiar y desarrollar -con mesura- la tierra ambiental y minero-industrial permanentemente, cual venimos proponiendo y promoviendo hace años desde la cátedra emérita actual y actividad de estudio investigador que la Providencia impone y a veces permite desarrollar en algunos aspectos. El bienestar desmesurado y desfigurado de mil maneras y liberaciones es el escollo sociológico, así como piedra de todos los caminos, que voluntariosamente se pretenden ¿"enciclar"? sobre esta esencial temática. Sólo queda desear que se encumbre no tanto el bienestar, como los deberes frente a las bases de deformación de éste, contenidas en las esencias del ser y dinamismo de la tierra.
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