Eufemismo
Palabra o expresión, políticamente correcta, que sustituye a otra palabra de mal gusto o tabú.
Mi suegro, Dr. J. Collado, aficionado a la pesca, buen médico y sobre todo mejor persona, cuando fue concejal en Oviedo, dado que la zona de Ventanielles era conocida como entre ríos, aprovechó y a sus calles las llamó río Sella, río Narcea, río Cares, etcétera. Y siempre me decía que nadie los cambiaría, al no responder a político alguno.
Los nuevos alcaldes en España han sacado el manual de todo nuevo alcalde y lo primero será cambiar los nombres de las calles, así y todo los ciudadanos seguro que seguirán conociéndolas con los nombres de toda la vida.
Peor es el eufemismo, porque puede cambiar la historia, al ignorar lo anterior. El otro día me fui a la catedral de Oviedo con mi nuevo carné de amigo de la misma, visité el museo y cuál no sería mi sorpresa cuando vi algunas obras expuestas como la de una Virgen que tenía la policromía algo chamuscada, leí el papelito, obra rescatada del incendio, caray no sabía yo que el deán se había dormido fumando y había quemado el jergón y con él la Catedral.
Esto me recordó un artículo del gran Antonio Burgos, aparecido en el "ABC", "A San Juanito le dio un aire", en el que el escritor cuenta cómo vio la prensa la venida del San Juan Bautista niño, única obra en España del gran Miguel Ángel, que estuvo hasta ahora restaurándose en Florencia, la prensa eufemísticamente decía que se había roto en 1936, o cómo se habían tenido que reponer otras Vírgenes o cruces perdidas en 1936, como si la gente en el 36 se les olvidaran los santos en los taxis de la época, y el San Juan Bautista niño se hubiera roto al pasarle el plumero del polvo.
En mi época de estudiante de Bachiller el profesor pasaba por alto el período republicano, como si no hubiera existido. Ahora es al revés, todos sabemos que a Lorca lo mataron los fascistas, pero en cambio usamos eufemismos para hablar de los destrozos del otro bando.
Pues a las Tallas las quemaron, a San Juan Bautista niño lo destrozaron la barbarie en Úbeda en 1936 y el incendio de la Catedral de Oviedo fue el resultado de los destrozos ocurridos en la Cámara Santa en la revolución de 1934, así como en la Catedral y medio Oviedo.
Dejemos de usar el eufemismo en la Historia, es como pasar de puntillas por algo que no gusta oír y se corre el riesgo de que se olvide y quiera Dios no se repita, como diría un profano al pan, pan y al vino, vino tinto.
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