La vida de Pi
Esta obra maestra del director Ang Lee y el guionista David Magee está basada en la no menos aclamada novela de Yann Martel. Galardonada con cuatro premios Oscar en la pasada gala, se alzó con los premios a: Mejor director, Banda sonora, Fotografía y Efectos visuales, habiendo sido a su vez nominada a once categorías. Esta ficción está interpretada casi únicamente por el joven actor de Nueva Delhi: Suraj Sharma.
El film (como la novela) es una alegoría sobre la religión cristiana y la fe, encubierta de aventura marina al estilo de Relato de un náufrago de García Márquez o el Arca de Noé por motivos comerciales. El propio Pi expone el tema al inicio de la película: Tengo una historia que le hará creer en Dios. A partir de este punto comienza el relato de su naufragio en compañía de cuatro animales: la hiena, el orangután hembra, la cebra herida y el macho de tigre de Bengala. Tras más de dos horas de increíbles efectos 3D y composiciones gráficas preciosistas finaliza el film con una pregunta: Y usted, ¿ cuál de las dos historias cree?.
Esta última pregunta es la base fundamental de la película, si bien es cierto que el señor Patel naufraga acompañado de cuatro animales, al final del film se muestra un primer plano de Pi durante más de cinco minutos (cosa seria) en donde el protagonista narra una segunda versión de la historia: la hiena es el cocinero del barco; el orangután, la madre de Pi; la cebra, el marinero herido y, por supuesto, el tigre apodado como Richard Parker es Pi.
Creyendo el espectador que la película no resuelve el enigma de cuál de las dos historias es la auténtica, entra en juego el interés del film. Si unos prefieren la historia de los animales, entonces son hombres de fe y, por tanto, creerán la historia de Dios; si por el contrario, prefieren creer la historia de los humanos, entonces creerán en lo plausible, en la ciencia. Desde luego el dogma, tanto del director como del escritor, no cae en saco roto y es por ello que Pi pregunta: ¿No le parece más bella la primera historia?.
Esta alegoría sobre el cristianismo nos presenta a Dios como un acto de fe. Es cierto que la historia científica (el naufragio humano) es la teoría más plausible, la teoría por la que todos apostaríamos, pero... ¿no hemos ido al cine específicamente a ver la historia de los animales?, ¿no queríamos ver al tigre?, en lo más profundo de nuestro ser ¿no preferimos la esperanza de la fe cristiana ante la frialdad de la ciencia?
Finaliza la película con una frase que, bajo mi punto de vista, es tajante: Fíjese bien en que ninguna de las dos historias ha explicado el motivo por el cual el barco naufragó, pues sobre la historia del hombre, ni la religión explica mucho, ni la ciencia lo explica todo.
Desde luego, las teorías acerca de esta película son abrumadoras, otra teoría que cobra bastante fuerza a la hora de analizar La vida de Pi es el análisis del concepto de trauma: la psicología clínica explica cómo nuestra mente, para soportar los hechos traumáticos, los modifica, suprime o encubre en favor de nuestra supervivencia. Siendo así, Pi pudo haber creado un ficción, o fábula protagonizada por animales, para evitar el trauma que supondría saber que ha visto morir a su madre y a otros dos hombres en un naufragio en el Pacífico. Un ejemplo de esto lo tenemos en la película Gothika de M. Kassovitz
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