Calle la Lila, la eterna olvidada
Con fecha 20.03.15 y número de registro de entrada n.º 2015/26964, entregué un escrito al Excmo. Ayuntamiento de Oviedo informándole de la deteriorada situación del pavimento de la calle la Lila, y en ruego pedía que fuera reparada. Hasta la fecha no he obtenido respuesta y no hay indicio de que vaya a ponerse en marcha iniciativa alguna encaminada a reparar esta calle. La Corporación anterior reparaba calles, asfaltaba muchas calles, pero no es fácil conocer el criterio por el que eran elegidas unas para reparar y otras, como la que cito, eran olvidadas sistemáticamente. Si el criterio a seguir es lo dañado que esté su firme, la Lila lleva una ventaja. Incuestionable. Si el criterio a seguir es por la densidad del tráfico que soporta, la Lila queda colapsada varias veces al día. Esto podría aliviarse aumentando el tiempo de apertura del semáforo del final de la calle. Si el criterio de reparación es por el tiempo transcurrido desde la última intervención, esta vía lleva una docena de años, al menos, sin tocar. Ante la falta de sensibilidad del anterior equipo de gobierno municipal, acudo a esta tribuna para dar a conocer este problema y recordar a la nueva Corporación que la calle la Lila también existe. Ruego que una vez resueltos los graves problemas del inicio de la andadura corporativa municipal, esto es, la regulación de los emolumentos del personal y definir qué tipo de festejos son los adecuados para San Mateo, pongan en marcha sus capacidades gestoras y resuelvan los problemas para los que la ciudadanía les ha colocado. Creo que la reparación de una calle de cien metros de longitud no ha de desequilibrar el presupuesto de gastos municipales.
Esta calle ha sufrido, en el devenir de los tiempos, flagrantes maltratos: obras del "parking" de la plaza Longoria Carbajal (camiones cargados de escombros la hundieron de forma inmisericorde), obras en el cibercentro y construcciones contiguas. Se hizo una liviana reparación, sin compactar el firme, y de nuevo se han reproducido los baches, corregidos y aumentados, que hacen que el circular en auto por la calle sea un suplicio para ocupantes y una ruina para la mecánica. No quedan los peatones a salvo de riesgo de caída cierta si atraviesan la calle, con consecuencias para su integridad y con posibles reclamaciones indemnizatorias. Pero, además de lo expuesto, el que una calle céntrica como la Lila se encuentre tan degradada es la imagen de la ciudad de Oviedo, capital del Principado, la que se ve dañada por este abandono. Ruego también, y habida cuenta de que estas líneas en sí no tendrán fuerza suficiente para que la maquinaria administrativa se ponga en marcha, que todos los usuarios de la calle que padecen a diario los inconvenientes relatados reiteren mi petición y el Excmo. Ayuntamiento se vea abrumado de peticiones para reparar la calle. Se trata de un caso de justicia que consiste en dar a cada uno lo suyo.
Me estoy refiriendo a usuarios del "parking" Longoria, colectivo de taxis de Caveda, pacientes y personal del ambulatorio, usuarios del cibercentro, dueños y clientes de los pequeños negocios, vecinos, etcétera, les pido ayuda y colaboración para que, por medio de redes sociales, e-mails, cartas escritas, etcétera, realicen también su petición al nuevo Consistorio, eso sí, de forma correcta y educada, no faltaría más. Es preciso involucrarse de forma colectiva, ya que, de otra manera, difícilmente te regalan nada. La administración pública suele ser sensible cuando la petición alcanza cierto nivel de presión social. Se trata de que haya un cierto equilibrio entre impuestos soportados (IBI altísimo) y servicios recibidos. Para terminar, y con el fin de intentar provocar alguna sonrisa al amable lector/a, propongo "dos soluciones imaginativas", una que copio de un político actual aplicada a desbroces rurales, "la sextaferia", y otra muy económica, cambiar el nombre de la calle que aparece en los rótulos inicial y final de la Lila por el de "caleya"; de hecho, ya lo es.
Luis Galán del Monte
Oviedo
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