Semana Negra o Semana Negra / Podemos

Ha finalizado la XXVIII Semana Negra de Gijón. Los amantes de éste género venimos disfrutando año tras año de éste encuentro literario que ha puesto a Gijón en el circuito de los grandes acontecimientos literarios en general y a la vanguardia del género negro.

Los que marcamos en nuestro calendario de un año para otro las fechas de la Semana Negra, lo hacemos con ilusión y en el convencimiento de que disfrutaremos de 10 días de buena literatura y de la presencia siempre gratificante de sus autores. Este año no podía ser menos, personalmente he disfrutado de la sabiduría y del lenguaje tranquilo y reposado que da la experiencia vivida de Sergio Ramírez, de la literatura al compromiso político y del compromiso político a la literatura.

Qué decir de la presencia de Antonio Muñoz Molina, probablemente el mejor escritor de habla castellana en la actualidad que nos acaba de regalar hace unos meses 500 páginas de una literatura portentosa, Cómo la sombra que se va donde hay pasajes en los que sólo nos cabe exclamar: ¡no se puede escribir mejor!

El repaso que podríamos hacer aquí de las novelas presentadas durante la semana requiere quizás otro momento y otro espacio: Los nuevos escritores latinoamericanos y su búsqueda ¿nuevamente? de un corpus identitario; el comic como ¿subgénero? de la novela negra o el compañero inseparable; sin olvidarnos, por supuesto, que para eso estamos en Asturias, del compromiso con el fotoperiodismo, la causa saharaui, las luchas obreras, la denuncia social y un larguísimo etc.

La Semana iba bien hasta que, sin saber porqué, en tres días tenemos la presencia abrumadora de la plana mayor de Podemos con Juan Carlos Monedero como estrella mediática y cuya intervención en la mesa redonda, homenaje a Milo Manara fue todo menos una intervención literaria y por el contrario más cercana al panfleto y a la propaganda gratuita de Podemos, invitándonos a todos a que si de verdad queremos disfrutar del sexo, nos apuntemos a Podemos, sin olvidar que una hora más tarde, volveríamos a encontrar al intelectual de Podemos ( en palabras de Iglesias Turrión) presentando el libro de Alex Zapico: Aprender a Mirar y sin olvidar también que, el día anterior (viernes) a las 22h y fuera de programa (así lo anuncia AQ) en su edición del viernes, pudimos disfrutar con su presencia, comentando sobre el personaje de comic, creado por el italiano Hugo Pratt, Corto Maltes

El domingo, último día de La Semana fue, si cabe peor, por lo que tiene de engaño a los semanistas. Veamos, en el periódico-diario, A Quemarropa, se anuncia al igual que se hiciera los días anteriores con otros autores, a las 20h. Encuentro con Ángeles Caso. Personalmente a mí me interesaba (y entiendo que a mucha otra gente) escuchar a Ángeles Caso hablar de novela, de literatura, de periodismo y, por supuesto, de política y a ello me prestaba (ingenuo de mí). Lo que me encontré fue con un mitin en toda regla, con la presencia en la mesa del secretario General de Podemos en Asturias, Daniel Ripa y otros destacados miembros de éste partido político, cuyo único objetivo fue desgranar las razones de por qué había nacido Podemos en la España de hoy y del compromiso de Ángeles Caso con el mismo.

Si cabe mayor despropósito todavía, en el cartel anunciador a la entrada de la carpa (CdeE) en la programación no figuraba a las 8 de la tarde el encuentro con Ángeles Caso sino, la presentación del libro de la Comunidad con Alex Zapico, nadie dio una explicación de éste cambio o de éste error de comunicación.

Creo, sin embargo, se ha perdido una oportunidad de oro. Lo loable habría sido la presencia de todas las fuerzas políticas salidas de las últimas elecciones (más allá del pobre acto de clausura) para pedirles un compromiso serio con la Semana Negra, de cara a la organización de su próxima edición y en especial la que será la XXX edición en el 2017, la solución definitiva de su emplazamiento, aliviar la precaria situación económica mediante una financiación justa, etc, etc., al contrario, la presencia sólo de miembros de Podemos, durante tres días, sin ninguna aportación literaria, más allá de la propaganda política, (que para sí habrían deseado otras fuerzas políticas) ha convertido los últimos días de La Semana en un acto con tintes sectarios que en nada benefician al buen nombre de éste evento.

Por supuesto que de ello no tiene la culpa Podemos, ellos están en su derecho de aprovechar en ésta larga precampaña electora que nos espera, todos aquellos resquicios que le ofrece el sistema. La organización debería ser un poco más cuidadosa con estas cosas.