D.E.P. Gulpiyuri
Veraneo en Naves desde que nací y de eso ya hace casi cuarenta y dos años. Naves es de esos sitios que enganchan, que uno hace propio y del que muchos nos sentimos navizos de corazón. Recuerdo pasar eternos veranos de junio a septiembre en aquella playa de San Antolín casi desierta donde nos juntábamos unas cuantas familias para disfrutar de unas vacaciones más lluviosas que soleadas, pero no por ello menos llenas de alegrías y gozo. Gulpiyuri aparece en mi memoria desde siempre, de las primeras excursiones con amigos en pandilla, de alguna Semana Santa en la que el tiempo nos permitía playa, de los días de viento, de aquellas tardes en las que el mar se mantenía solo en calma en este pequeño tesoro del que éramos tan afortunados de conocer. Gulpiyuri ya no está y lo añoro en tantas ocasiones por mucho que les cuento a mis hijas, es difícil que se imaginen que ese trozo de arena en el medio de los acantilados donde a veces llega el mar haya sido algún día tan bello. Ahora sólo se ven los cientos de turistas pegándose por aparcar, desfilando con sus tacones por los caminos y haciendo fotos a los valientes que todavía se atreven a tirarse en la toalla en este maltratado y ultrajado paraíso. Los coches se agolpan por los caminos de uso peatonal y agrícola, incluso hay algunos en los que el arcén de la autovía les parece buena opción para estacionar y tener que caminar los menos metros posibles para dejar constancia en Facebook-Instagram la de cosas alucinantes que han visitado en sus vacaciones. Para arreglar esta situación, nuestros representantes han decidido regular el tráfico por la senda costera cicloturista San Antolín-Guadamía y hacer un aparcamiento no muy lejos de la playa. Personalmente no sé quién se beneficia de esta solución. ¿Para qué una playita de dimensiones tan reducidas necesita un aparcamiento? Sólo ayudará a que el número de visitantes aumente y la degradación del entorno sea mayor. Ahora que el acceso en coche a los lagos de Covadonga está restringido, el camino de los bufones de Pría es sólo para uso peatonal, no sé por qué el caso de Gulpiyuri parece diferente. Donde sí que se necesita un aparcamiento es en San Antolín y también un carril bici hasta la playa y, ya puestos, unos servicios públicos. Eso sí que sería un sueño. Como dice mi querida vecina, ¡vaya sueños que tienes, chica!
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