Nieves Salaverri, "la Monxina"
Me pongo a escribir esta carta con el ánimo de ensalzar la labor de Nieves Salaverri y me doy cuenta de mi incapacidad para hacerlo, porque, por mucho bueno que yo pudiese decir de Nieves Salaverri ante tanto sacrificio en pro de los demás, no aportaría absolutamente nada. Tendría la misma incidencia que pueda tener un soplido en la átmosfera.
Así que opto por aprovechar este espacio para decirle a Nieves que yo, al igual que sus compañeras, también me alegro mucho por el reconocimiento público que se ha tenido hacia su persona, concediéndole la medalla al Mérito en el Trabajo.
Pero no es éste "un premio como caído del cielo", más bien es de la tierra, que seguro que a ella le hace más ilusión. En todo caso, el premio caído del cielo sería ella para el resto de la sociedad.
Una medalla merecida por toda una vida dedicada, con exclusividad, al prójimo. Pero no a cualquier prójimo, sino al más necesitado, al más incomprendido, al más marginado, al más complicado... en definitiva, al prójimo con el cual todos, todos, nos debiéramos volcar un poco más y quizá las gentes como Nieves Salaverri podrían vivir un poco para sí mismas y ser un poco más felices.
Nieves, espero que guardes la medalla como recuerdo. Y digo esto porque serías muy capaz de venderla con tal de sacar dinero para tu gente.
Enhorabuena y un beso.
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