¿Qué pasa con Cataluña?
Cuesta entender algunas de las cosas que están pasando en nuestro país. Ahora mismo, en mi opinión, la más preocupante es la situación política que se está dando en Cataluña, donde quienes allí gobiernan (perdón, quise decir, desgobiernan) están desde hace tiempo empecinados en convencer a sus paisanos de que el pertenecer a una nación denominada España es poco más o menos que el origen y motivo de todos sus males, y que si se les permitiese ser independientes y constituir una nueva nación denominada Cataluña desde ese momento en esa zona, ahora española y luego sólo catalana, cada noche, repitiéndose el relato bíblico del privilegio del pueblo israelita en su travesía del desierto hacia la tierra prometida, los catalanes gozarían cada amanecer del maná venido del cielo y vivirían placenteros, libres de las ataduras de la opresora España, que, según les cuentan sus actuales gobernantes, les tiene esclavizados y les roba hasta el propio sudor de su frente.
Cuánta mentira y cuánta demagogia, y sobre todo cuánta insolidaridad. No se puede entender que la gente esté tan ciega y haga caso siguiendo las engañosas consignas de tanto charlatán de cuello alto y trilero de guante blanco. Resulta que mientras de una parte Europa lleva más de medio siglo intentando unificar criterios y entendimiento entre sus pueblos, en pro de evitar repetir los males que en el pasado se daban periódicamente cada cuarto de siglo, aquí, entre nosotros, tenemos unos iluminados que se permiten nadar contra corriente e intentar dividir en lugar de sumar. Y lo más triste es ver que el Gobierno de la nación da la impresión de practicar en este tema el pasotismo absoluto o tancredismo, estando a verlas venir, a la vez que se deja que la situación se agrave día a día.
Los españolitos de a pie, sin más conocimientos del tema que lo que vemos a diario, basándonos en la lógica razonable, pensamos que las leyes se redactan y se aprueban para ser cumplidas y para hacerse cumplir, y es justo esto último lo que observamos que no se cumple. Si el Gobierno central dispone del mandato de la Constitución para hacer uso de su artículo 155 y obligar al Gobierno autonómico catalán a cumplir con sus obligaciones con el Estado español, ¿por qué no se les aplica, y se deja que la cosa vaya a más cada día? ¿Qué pasa, faltan cataplines, o qué es? En mi opinión, sin ser experto en el tema, esta especie de pasotismo y tolerancia errónea, con el tiempo, nos va a pasar factura a todos los españoles. Los niños mal educados a su debido tiempo de mayores se hacen insoportables. Abramos los ojos y pensemos que un azote a tiempo puede evitar males mayores; y esto, en mi opinión, por puro pasotismo, ya se está pasando de castaño oscuro.
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