Salmos 69
Las aguas han entrado hasta el alma y estoy hundido en un cieno profundo donde no puedo hacer pie. Me he aproximado al abismo de agua y la corriente me ha anegado. Estoy cansado de llamar, mi garganta se ha enronquecido y han desfallecido mis ojos esperando. Han aumentado los que me aborrecen sin motivo, se hacen poderosos mis enemigos, los que me atacan sin tener un porqué. ¿Y he de pagar por lo que no robé?
Tú conoces mi insensatez y mis pecados no te son ocultos. No sean avergonzados por mi culpa los que confían en ti, no sean confundidos por mi causa los que te buscan. Por amar he sufrido su afrenta y la confusión ha cubierto mi rostro, soy un extraño para mis hermanos y un desconocido para los hijos de mi madre. Me consume la desidia de tu casa y los insultos de quienes te alaban caen sobre mí, por su culpa lloró mi alma y me castigó mi cuerpo. Hablan sobre mí los que se sientan a la puerta y me insultan en sus canciones los borrachos. Pero por tu buena voluntad, escúchame.
Sácame del lodo en el que estoy sumergido, libérame de los que me aborrecen y de lo profundo de estas aguas. No dejes que me lleve la corriente ni que me devore el abismo, que el pozo no cierre su boca sobre mí. Respóndeme por misericordia, mírame por piedad, apresúrate y libérame de ellos.
Tú conoces mi desdén, mi confusión y mi infamia, pero ante ti están todos mi enemigos. Se ha roto mi corazón y tengo miedo, esperé por compasión y no la hubo, y nadie vino a consolarme. Pusieron rencor en mi comida y angustia en mi copa.
Así que convierte su alegría en un lazo y asfíxialos cuando bajen la guardia, que sus ojos se oscurezcan hasta quedar ciegos, que pesen tanto sus espaldas que tengan que postrarse. Derrama tu furia sobre ellos, que tu castigo los alcance y sean sus casas destruidas sin dejar ningún morador. No dejes que sean juzgados, pon maldad sobre la maldad. Ellos fueron quienes me persiguieron cuando estaba herido.
Sálvame para poder ofrecerte su sacrificio, porque tú escuchas a quien te alaba y no menosprecias a tus prisioneros. Nosotros heredaremos tu tierra y con amor la habitaremos.
Porque Dios salvará Sion y reedificará las ciudades de Judá.
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