Más respeto y discreción, por favor
Nuevamente tres valientes periodistas han sido secuestrados en zona de guerra y no sabemos la suerte que pueden correr. Periodistas de raza que se juegan la vida para transmitir al ciudadano información veraz y para hacer pública la realidad del mundo. Honor para todos esos reporteros, periodistas de investigación, etc.
Por contra hay otros periodistas medrosos y renegados , vendidos a determinados poderes políticos-mediáticos que se dedican a ocultar o desvirtuar la realidad de la noticia. ¿Antiperiodistas?
No tengo por costumbre criticar a los periodistas, que de eso ya se encargan otros, pero unas frases pronunciadas estos días de atrás en una tertulia televisiva, han conseguido "rozar" mis adhesiones. La polémica se ha desatado tras afirmar la periodista Isabel San Sebastián, que no se deberían pagar rescates por los periodistas secuestrados, como los tres españoles que ahora están desaparecidos en Siria, dado que esos reporteros "se meten en la boca del lobo porque saben que luego va a venir su Gobierno y les va a salvar..." Y, argumenta, además, que para qué van a ir periodistas extranjeros a Siria si ya hay cientos de profesionales nativos.
Quienes defienden estas tesis olvidan decir que esos periodistas secuestrados viajaban como "freelance" (independientes) y que se juegan la vida para escribir crónicas que a veces se les pagan con una porquería. Está claro que no van a hacerse ricos, sino que su vocación les lleva a los lugares más comprometidos y expuestos para contar la verdad del momento. Asimismo, dejan de señalar que son los periodistas que llegan de otros países quienes consiguen sacar la información fuera de las fronteras, porque los reporteros locales, en muchísimos casos, o han muerto o están encarcelados.
Además de estos tres secuestrados, ya son muchos los reporteros españoles que han fallecido en el intento de informar desde guerras o lugares de conflicto. Quienes arriesgan la vida, y a veces la pierden, para que todos conozcamos la verdad, merecen más respeto y prudencia en los comentarios.
Por ello, los hombres de buena voluntad, solo esperamos tener la oportunidad de tenerlos en casa pronto para decirles, entre otras muchas cosas, cuánto les admiramos y hasta qué punto respetamos su coraje y su lucha por la libertad. Sean pronto bienvenidos.
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