Aviones
Recuerdo que de pequeño tenía un avión, bueno, yo decía que era un avión. Me pasaba los días jugando con esa cosa puntiaguda porque no tenía demasiados juguetes cuando era niño. Dependiendo del día el avión podía ser un barco o una pistola, o lo que pudiese necesitar en cada momento. Algunas tardes mi madre adoptiva me lo quitaba porque decía que lo necesitaba, y yo me enfadaba, me enfadaba mucho con ella porque cada vez que se lo llevaba volvía mareada y hecha un mar de lágrimas. Yo trataba de alegrarla un poco, le decía que los aviones eran cosas alegres porque servían para volar y ella siempre me respondía que sus viajes nunca habían sido agradables. Al final me hice mayor y me fui de casa, el único recuerdo que tengo de ella son sus muñecas, siempre moradas después de uno de sus viajes.
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