Paradojas de izquierdas y derechas
Paradoja 1: La izquierda considera que todos los seres humanos son libres e iguales y que están dotados por naturaleza de unos derechos obligatorios e inalienables para todos: los derechos humanos. En aras de este principio se justifica cualquier medio para llegar a conseguirlo: el desacato a las leyes, la desobediencia civil e incluso la revolución social. En estas revoluciones son destruidas todas las fuerzas reaccionarias que se oponen incluyendo a los sujetos que las sustentan, porque si no los destruyesen, estos sujetos impedirían la realización de aquellos derechos. Una vez conseguida la aniquilación de las fuerzas de la reacción, es preciso constituir una especie de "consejo" que vele para que dichas fuerzas no renazcan y se reproduzcan dentro de la "idílica" sociedad "igualitaria" creada, estirpando, cuando sea el caso, a los individuos generadores de dichas fuerzas. Dichos sujetos de la reacción también son seres humanos. Corolario: No todos los hombres son iguales.
Paradoja 2: La derecha considera que no todos los individuos, los pueblos y/o las razas son iguales. Está por tanto justificada la jerarquía social y política en virtud de los mejores: de aquellos más "aptos" para dirigir o gobernar al resto. También se justifica la jerarquización económica de la sociedad en aras de la libertad para hacer negocios (liberalismo económico), y de la competencia (libre mercado). Este juego de poderes (políticos, económicos y militares, fundamentalmente) lleva a la creencia de que los que han alcanzado la cima del poder político, económico o militar son los mejores individuos y los mejores "pueblos". Estos mismos individuos llegan a considerarse a sí mismos y a sus descendientes, como una suerte de seres superiores, "de dioses", respecto de los demás (dinastías). Pero estas dinastías (repito, económicas, políticas o militares), con el paso del tiempo, son derribadas por otras que las sustituyen y que por lo tanto, y en virtud del principio de partida, son superiores a ellas. Corolario: Puesto que todos los individuos tienen o han tenido antepasados que de una u otra forma han mantenido algún tipo de poder: todos los hombres son iguales.
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