La educación, al garete
Una casa no se empieza por el tejado. ¿Cuántas veces habremos escuchado esa expresión o la hemos utilizado? Cientos de veces. Pero ¿por qué no somos capaces de extrapolarlo a la educación? La educación es la baza más importante para la evolución, progresión e incluso competitividad de un país, y nuestros gobernantes ignorantes se la están cargando poco a poco, de forma sibilina y sin que nosotros nos demos cuenta. Pues ya está bien, #EstoNoEsUnJuego.
Lamentablemente, la sociedad aún no está concienciada de la importancia de las escuelas infantiles de 0-3, de la importancia de la estimulación en esta edad. La mayoría de nosotros, a nuestros bebés les ponemos lacitos y nos hace mucha gracia cuando emiten algún sonido como si fueran ositos de peluche o mascotas. Sin embargo, sí nos preocupamos por que estudien una buena carrera, lleguen a ser alguien en la vida y, en muchos casos, nos saquen de pobres.
Pero lo que vosotros no sabéis, padres y madres del mundo, es que el kit de todo eso está en los primeros años de vida, que la neurociencia nos ha demostrado que a los 3 años de edad se produce una poda neuronal irreversible y que diferentes estudios como el recientemente publicado de la Fundación la Caixa concluyen que la educación temprana es decisiva para los resultados futuros de los niños en competencias básicas.
Este desconocimiento por parte de la sociedad es perdonable, y confiamos en que, al igual que en los años ochenta era difícil ver a nuestros hijos en el colegio con 3 años, en el siglo XXI vayamos siendo conscientes poco a poco de que en cuestión de educación la casa no se empieza por el tejado.
Y digo que para el ciudadano de a pie es perdonable pero para nuestros gobernantes ignorantes no. No pueden desconocer e ignorar este hecho. Porque se supone que, como decía mi abuela, son gente preparada, y deben luchar por un país líder y puntero en todos los informes PISA que haya y no líder y puntero en fracaso y abandono escolar.
Sin embargo, nuestro recientemente reelegido presidente Javier Fernández, ¿qué es lo primero que hace? Recortar. Dar un auténtico hachazo a la base de nuestra educación, a las escuelas infantiles de 0-3 (que no guarderías). Lejos de sus promesas electorales de fomentar esta etapa educativa y de crear puestos de trabajo se los carga.
Y que sepan todos sus votantes asturianos que lo primero que ha hecho es mandar a decenas de compañeras, trabajadoras de las escuelas públicas y profesionales de la educación al paro. Y que su forma de velar por la educación en nuestra tierrina ha sido el recorte.
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