Progreideologías
El despiece del abortado. Suena a título de película, y es que en esta nuestra sociedad frívola es frecuente el llevarnos las manos a la cabeza ante las masacres y barbaries cometidas por el Estado Islámico (está muy bien hacerlo) pero, sobre todo en los grandes medios, esconder noticias como ese despiece de bebés abortados y que la empresa Planned Parenthood realiza. Según se puede comprobar en internet, en grabación con cámara oculta a una de las ejecutivas de esta empresa, ésta describe el cuidado que se ha de tener en la operación del “abortaje” para no dañar piezas muy valoradas en el “mercado”. Ahí se puede ver un bebé desmembrado de once semanas, cual si fuera una ternera, preparado para la venta. Ahí se puede oír a dicha ejecutiva expresar criterios en lenguaje “compraventa”, cuidadoso para no “dañar”, al abortar, esta o aquella singular “pieza” del bebé, muy atractiva en el mercado. ¡Qué barbaries asume hoy el silencio ¿no?!
Es preocupante, y los ciudadanos inteligentes, sensatos y desfanatizados de la política se dan cuenta de la farsa e hipocresía con que lo político y mediáticamente correcto trata y cuida la ecología actual, totalmente sesgada e ideológica. Así, según qué temas, se manifiesta nada integral e interdependiente y equilibrada del ser humano, tanto consigo mismo como con los demás elementos de la naturaleza, según manifiesta el Papa Francisco en su encíclica “Laudato Si”. A este respecto es de “traca” el ver cómo se silencia a este Papa en temas, no ya religiosos, sino de equidad y justicia para todos. En cambio, se le da cobertura de telediario y primeras páginas en todo cuanto sirva para asentar frivolidades políticas e ideológicas. Ahí tenemos la “adulterada” visión “pispás” de los grandes medios, carente de fondo, respecto a las palabras que Francisco realizó recientemente sobre el adulterio.
Veamos más ejemplos: el reciente homenaje al león “asesinado”, así lo define determinada prensa, cual si fuera un ser humano y... la proyección de su figura en grandes edificios americanos, contrasta con la fuerte crítica a aquellos que llamemos al pan... pan y, al vino... vino, respecto al asesinato, negocios y “despieces” con el aborto. Otro caso es el del silencio sepulcral ante las píldoras abortivas poscoitales. Se fía todo a días, margen para la implantación, y ocultan que, en muchos casos, sí hay fecundación. Llámeselo como se quiera pero, en todos estos casos, se incrementarían mucho más los miles de abortos anuales que, de por sí, ya asustan. Y no digamos los efectos secundarios que, según la ciencia, pueden producir a cerebros, todavía inmaduros, de muchas adolescentes.
De todas maneras, ¡bravo! por ese farmacéutico que consiguió el derecho a la objeción de conciencia. Ya no existe sólo el derecho a abortar caprichosamente, al que le toque, como dejó la “frívola ley Aído” en una fatal lotería que, a los “agraciados” o desgraciados, impediría ejercer el derecho de la libertad. Y es que, a las “progreideologías”, ya de todos los partidos, hay que recordarles una vez más que sin vida no hay libertad. Que reflexionen también sobre esto determinados estados no islámicos.
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