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Los que no ganamos ni mucho ni poco

24 de Agosto del 2015 - María Aurora Barros Viña (Avilés)

Considero que si nuestra economía se está recuperando, que si las cosas van hacia arriba y podemos permitirnos el lujo de subir el salario a los funcionarios un uno por ciento, que las pensiones se pueden subir un 0.25 por ciento, que las ayudas sociales van a mejorar porque hay dinero para poder mejorar estas cosas que parecen ser las preferentes en estos presupuestos, es que realmente nuestra economía ha mejorado algo, aunque parezca poco, pero algo ha mejorado.

Me parece de lo más correcto que se suba a los funcionarios el sueldo, aunque sea algo testimonial, porque un uno por ciento, después de tener el sueldo congelado durante años y anteriormente se nos haya bajado en la legislatura de Zapatero un cinco por ciento, cuando no se sintió capacitado para enfrentarte a los españoles para explicar el problema de la crisis que se estaba cociendo en este país y el motivo por el cual había aumentado de forma tan desproporcionada el paro en este país.

Yo he sido empelada pública. Lo digo así porque no he sido funcionaria. O mejor, o más bien, he sido funcionaria para el Gobierno de la nación o para el Gobierno de mi autonomía cuando ellos lo consideraron oportuno, que fue cuando necesitaron aumentarnos la jornada laborar, bajarnos el sueldo, posteriormente congelarnos los sueldos, sisarnos una paga extraordinaria que todavía tenemos nuestras dudas en poder recuperar, etcétera.

Para estas cosas a los empleados públicos nos consideraron, siempre que les ha interesado, funcionarios. Cuando en épocas de bonanza había diferencias de sueldos y de otras prebendas entre los funcionarios y los empleados públicos, ahí, en esos momentos, nunca, al menos en los 38 años que yo he trabajado como empleada pública, nos consideraron funcionarios. Ahora ya ni los funcionarios, ni los empleados públicos, conocen la diferencia existente entre unos u otros. Parece ser que las habidas anteriormente ya no existen. Ahora somos todos funcionarios, aunque en la realidad no sea así. Pero como los años son malos, entramos todos en el mismo saco.

A lo que iba. Yo he sido empleada pública estatutaria durante 38 años. Ahora ya no lo soy. Ahora ya dependo de INSS porque ya estoy jubilada.

Bien, pues hablando de jubilaciones, todos podemos comprobar que hasta que el osado Zapatero se lanzó a congelar las jubilaciones, algo que nunca nadie se había atrevido a tocar por aquello de que si tocabas las jubilaciones herías la economía de la mayor parte de los jubilados, los que se pasaron más años que yo cotizando y trabajando como negros en este país para poder llegar en su mayoría de edad a poder tener una garantía económica con la que poder sobrevivir el resto de su vida.

Pero después de sobrevivir de una crisis que ya lleva unos cuantos años afectándonos, aunque no nos hayamos dado cuenta hasta que Zapatero dijo me voy porque no puedo seguir ocultando más la crisis que estamos padeciendo y ahí os dejo, tirados y que vengan otros detrás a ver si solucionan lo que yo no me he molestado en solucionar durante casi ocho años; pues después de todo esto, parece ser que esta crisis que no es solamente nuestra, se padece en el resto de Europa, pero a nuestro país le ha afectado mucho más por tener irresponsables en el Gobierno que no se molestaron en tomar las medidas necesarias en el momento oportuno. Parece ser, como intento decir que está repuntando hacia arriba, aunque sea muy leve el repunte, pero, al menos se ha frenado y parece repuntar hacia arriba. Y parece que en este próximo año 2016 habrá alguna señal de que así es.

Bien, pues a lo que yo iba y he comenzado hablando de ello. La subida del sueldo de los funcionarios. Ya sé que no va a ninguna parte. Cuando yo formaba parte del gremio y me subían un uno por ciento el sueldo, algo que ha ocurrido durante unos cuantos años, no me importaba, pues cuando iba a cobrar mensualmente no se notaba si había subido o no el sueldo.

El caso es que ahora ya formo parte de los jubilados. Y he comenzado con mal pie, aunque no me ha tocado la famosa congelación de Zapatero. Pero sí me ha tocado el aumento del 0,25 que realmente es como si no te hubiesen subido nada. Sinceramente, casi prefería que no me lo hubiesen subido. Este año parece que seguimos igual, con el 0,25 de aumento. Pues por mí pueden guardarse ese aumento que, seguramente para ellos es bastante para dedicarlo a otras partidas donde alguien que más lo necesite pueda verse beneficiado. Yo, sinceramente, no lo voy a notar en nada. Ya no he notado ese aumento por rebaja del IRPF que en teoría notaríamos a partir del mes de julio en nuestra nómina.

Esto es lo malo de no estar ni entre los que ganan mucho ni entre los que ganan poco.

De todas formas, no me quejo, me siento a gusto como estoy. Estoy en medio, entre los que pasamos desapercibidos tanto para unos como para otros. En teoría, estoy entre ésos de los que nadie se ocupa pero que por inercia seguimos sobreviviendo.

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