Retenciones en el IRPF indebidas
Pretender entender el galimatías que, a mi juicio, representa la declaración del IRPF en nuestro país es algo que creo que no consiguen ni siquiera quienes apechugan a diario con el tema.
Desde el pasado 3 de agosto, la Agencia Tributaria tiene en su página web a disposición de quienes deseen informarse el dato referido a las devoluciones correspondientes a la campaña de renta 2014. Según dicha información, a 30 de julio, la Agencia Tributaria ya había devuelto más de 7.760 millones de euros a un total de 12.083.000 contribuyentes, que representan el 84% de las devoluciones estimadas para el ejercicio fiscal del mencionado año.
Uno, que no tiene más formación en el tema que la que buenamente fue adquiriendo a través de los años intentando defenderse en confeccionar la declaración de la renta sin necesidad de recurrir a terceros, no puede entender que en una situación de crisis como la actual, en la que se necesita a todas luces dinero en manos de la gente para incentivar el consumo, la Agencia Tributaria o el Ministerio de Hacienda se permitan no ajustar las retenciones en nómina y los pagos a cuenta en los negocios, lo más aproximadamente posible a lo que luego va a resultar el importe de la cuota en la declaración; de tal manera que en lo posible, salvo excepciones, los contribuyentes, a fin de año, ya hayan saldado sus cuentas con el Fisco ajustadas a sus obligaciones fiscales, pero no como se demuestra que está pasando, que el Fisco hace uso durante un mínimo de año y medio de un dinero que no es suyo, y a coste cero, ya que no paga un solo céntimo de intereses por el tiempo en que disfrutó del dinero que no le corresponde. Cuando esto ocurre a la inversa y es el contribuyente quien lo soporta, entonces Hacienda sí sabe andar lista y cobrar sus buenos intereses y recargos. Lo que estoy exponiendo es, a mi entender, un recargo solapado en nuestras obligaciones fiscales. Y lo triste es que mientras la gente se dedica a tonterías como la de toros sí, toros no, de este tipo de cosas nadie se preocupa, y así nos va. Yo soy consciente de la necesidad de pagar impuestos, pero cada uno, justo los suyos y a su debido tiempo. Al Fisco lo que es del Fisco, y al contribuyente lo que es suyo.
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