San Bartolomé de Grullos, en fiestas
Grullos está en fiestas. Es un pueblo asturiano que si es rico por sus productos es más rico por sus gentes.
Las fiestas son necesarias para compartir ilusiones, vivencias y, sobre todo, la familiaridad. No dejemos morir lo que nuestros antepasados, con sacrificios, nos han querido donar a cuantos hoy las compartimos.
La asociación de festejos, con su abnegación, sacrificio y trabajo, se sentirá más que orgullosa si nos encuentran a todos contentos. Para ellos nuestro aplauso y gratitud.
La concordia, el buen hacer, la mutua ayuda, el desprendimiento y la generosidad nos permiten a todos llenarnos de satisfacción.
Qué pena que los responsables para elegir la hermosura de los pueblos, más que fijarse en las personas, se fijen en piedras, edificios y, tal vez, en objetos de valor.
Grullos lo tiene todo para recibir tal galardón. Creo que para entender estas palabras nada mejor que pedir que vengáis a visitarnos los días 23 y 24 de agosto: el programa de fiestas es exiguo, pero profundo y asequible. Tal vez ese día no tengamos fresas, pero nuestros brazos sí estarán pendientes de recibiros con alegría y entusiasmo, amén de otras suculentas viandas que podrán degustar en el prao de la fiesta.
Allí, el presidente de los festejos, Jesús Pérez Cuervo, Chus, con su sonrisa y disponibilidad, nos obsequiará con un programa digno de este pueblo encantador.
Permítanme esta pequeña observación: en nombre de este pueblo acogedor quiero felicitar al presidente por su reciente paternidad. Su hijo, Rodrigo, nos ofrece la figura de aquel soldado, héroe y siempre eficaz, para cantar las glorias de su pueblo. En él ponemos la esperanza de un futuro mejor. ¡Enhorabuena, Chus! Vivimos con ilusión tu felicidad porque Grullos ya tiene un futuro en manos de tu heredero.
Si quisiéramos resumir en pocas palabras la personalidad de nuestro patrono, bien sabemos que nace en Caná de Galilea, en las cercanías del Jordán, donde el Maestro lo recibe tras una invitación de Felipe, que dice: Ven y verás. Aquí verás el esfuerzo, contemplarás cuanto anteriormente os dejo dicho de acogida y familiaridad de este pueblo candamín.
No quiero olvidarme de tantas y tantas buenas personas que nos han precedido y sí recordarlas con el afecto y cariño que de ellas supimos recibir.
Bien me gustaría compartir con vosotros los encantos que desde siempre sabéis tener con los que somos forasteros, pero ya a través de los años de convivencia a vuestro lado yo, al menos, me siento satisfecho y contento.
Gracias, amigos. Para todos, felices fiestas. Que San Bartolomé, nuestro patrono, nos proteja y nos haga cada día más felices.
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