Un diseño ventajista de la UE para favorecer a Alemania y a la banca
Desde el principio de la entrada en vigor del euro como moneda y divisa, ya comenzaron los problemas para los países del sur de Europa. Esta moneda o divisa europea sólo beneficiaba principalmente a Alemania y sus bancos, y al sistema financiero derivado de aquéllos. Al crear el euro no se tuvo en cuenta el valor real de las distintas monedas o divisas, que era diferente, según los distintos países europeos. En realidad, en vez de buscarse una moneda o divisa que se acercase a una paridad o equivalencia asimétrica intermedia con todas la monedas de los diferentes países (así los países con divisa de valor alto –caso de Alemania– la bajarían un poco en su valor y los que la tuviesen muy baja en su valor la subirían un poco, llegándose a un acuerdo intermedio simétrico en el valor de la moneda común europea, valor común que beneficiase y perjudicase así a la vez a todos los países por igual). En vez de esto se impuso, prácticamente unilateralmente, un euro que en realidad es el equivalente al marco alemán, la moneda o divisa de mayor valor, con lo que el ventajismo de este país y sus bancos sobre los demás dio comienzo. Esto fue el inicio de los problemas de los países de sur de Europa. Así, de repente, los países del sur de Europa perdían su industria y sistema productivo, en gran medida por esta causa, al no poder ya devaluar su moneda propia para que sus productos pudieran ser competitivos con los alemanes, de más valor añadido. Alemania y sus bancos realizaron así la jugada perfecta: lograban no tener competidores en la industria exigiendo las reconversiones industriales de los países del Sur a cambio de fondos europeos que la clase política del Sur dilapidó en cemento y obras faraónicas, fijándose sólo en el corto plazo y en las victorias electorales de pan y circo. Los países del sur europeo comenzaban así a ser una periferia de los del Norte, dedicados a servir a los turistas del Norte con la hostelería y el ladrillo para sus casas de verano.
La gran banca alemana facilitaba y ofrecía todas las facilidades para prestar dinero, casi hacía parecer que lo quería regalar, y así endeudaron a los países del sur europeo; a cambio, eso sí, exigían que con ese dinero prestado se compraran productos alemanes de sus multinacionales y participar sin asumir ningún riesgo en la fiesta especuladora de la burbuja inmobiliaria que parecía no tener fin ni límites de beneficio, consiguiendo así esta banca alemana cobrarles altísimos intereses por esos préstamos y lograr colonizar a los países del sur europeo al hundir su sistema productivo industrial de valor añadido. Todo ello fue posible con la colaboración y sobornos que aceptaron las burguesías locales del sur europeo, para que ello pudiera ser llevado a cabo, surgiendo de ello, en gran medida, la corrupción.
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