Pensiones de viudedad
Con indignación, jurando en hebreo, y más cosas que no puedo decir y menos con la maldita “ley mordaza”, veo en los distintos medios de comunicación la canallada que quieren hacer con las futuras pensiones de viudedad.
Yo no sé si sabrá el señor Burgos, secretario de Estado que muchos ciudadanos de este país, cuando comenzamos a trabajar con 14-15 años a finales de los cincuenta y principios de los sesenta, ya cotizábamos a nuestras respectivas mutuas y posteriormente a la Seguridad Social. Con la idea de percibir una pensión de jubilación o si, por desgracia, perdíamos la vida, por enfermedad o accidente de trabajo, les quedase a neutras viudas e hijos una pensión para poder subsistir y poco más. En aquellos años, la mayoría de las mujeres de este país se dedicaba al muy digno trabajo de atender las ingratas labores del hogar, trabajo poco reconocido por los distintos gobiernos surgidos desde entonces hasta nuestros días puesto que nadie ha considerado a estas mujeres, como trabajadoras las 24 horas del día. Considero que tanto nuestras pensiones como las de viudedad son pensiones contributivas pues se debe considerar la aportación del trabajador como contribución familiar. Estamos hartos de la violencia de género legalizada que han ejercido, y ejercen, los diferentes gobiernos sobre las viudas de este país. Bastante vejatorio es reducirles la pensión cuando fallece el marido al 50%. Las penurias y sacrificios de muchas mujeres por sacar su familia adelante a lo largo de toda una vida bien merecen un respeto y que no se allanen sus derechos.
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