Nube, en tiempos de aulas
Toda actividad formativa tendrá tres dimensiones: complejidad o tiempo de estudio necesario para obtener un crédito; dificultad o coeficiente de expansión de las horas lectivas en horas de estudio; y nivel de cualificación (EQF). Las tres configurarán una referencia con las otras actividades formativas que le son previas o que la exijan, una nube dinámica de valores en una situación de referencia mutua que hará fidedignas todas las dimensiones.
Dicen que se quiere ofertar la titulación de «Impresión 3D», pero no creo que sea cuestión de títulos, sino de ofertar un conjunto de actividades formativas cuatrimestrales en una aula específica que, requiriendo de otras previas y siendo previas de otras, configurarían el itinerario formativo que, discurriendo entre la nube de actividades formativas, llevaría al diseño y producción en 3D. Quien lo complete habría adquirido determinados ECTS y, tras las prácticas en formación dual en una empresa, sería acreditado por las asociaciones colegiales de la ocupación como «Impresor en 3D». Una realidad tan dinámica exigiría gran cantidad de actividades formativas. Entramos en tiempos de aulas.
Nuestros centros tienen aulas vacías e inactivas muchas horas al día. Las aulas pueden ser específicas (con talleres, laboratorios, simuladores etc.) o polivalentes, pero siempre informatizadas, bien equipadas y avanzadas. Deberían, por tanto, rentabilizarse por medio de un horario amplio usando bloques horarios como este: [(10:45-11:45)/(12:00-13:00)]. Ligados a actividades formativas de 60 días lectivos cuatrimestrales que, con 12 días más para orientación, selección y evaluación, dan 72 días de actividad docente, con 3 días más suplementarios de disponibilidad administrativa; 75 días tres cuatrimestres al año con dos de ellos lectivos, más uno para elaboración de medios, orientación, y atención del aula virtual, por docente. Cada bloque horario tiene dos periodos de una hora separados por 15 de descanso; por lo que se pueden dar materias de 60 horas lectivas cuatrimestrales a grupos distintos, o bien 135 horas lectivas en 2h 15 a un mismo grupo; juntando dos bloques separados por un descanso de ½ hora, sería el turno de 270 horas lectivas por docente y cuatrimestre lectivo. El tema es de innovación y no veo por qué no ha de funcionar si se ajustan oferta y demanda formativa.
Dentro de la accesibilidad de la oferta a la demanda, todo el equipamiento del aula será transportable pero no movible. Por tanto, las diferentes ofertas formativas ligadas al aula y su equipamiento, se ajustarán a las demandas realizadas a determinados centros en determinados bloques horarios: mañana [(08:00-09:00)/(09:15-10:15)] [(10:45-11:45)/(12:00-13:00)]; tarde [(13:30-14:30)/(14:45-15:45] [(16:15-17:15)/(17:30-18:30)]; noche [(19:00-20:00)/(20:15-21:15)] [(21:45-22:45)/(23:00-00:00)]. Estando justificadas tales demandas en las orientaciones formativas que se han hecho a las personas como clientes permanentes del sistema a lo largo de la vida. Por otra parte, toda aula con su equipamiento y materias formativas tendrá adscrito el personal docente requerido según las ofertas, pero siempre habrá un docente fijo y estable. La existencia de tal docente y aula, no estará sujeta a las demandas, sino a las políticas conducentes a crear una sociedad del conocimiento sabiendo que el conocimiento periclita e innova rápidamente, requiriendo de formación permanente e innovación productiva para el éxito.
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