En las oposiciones a maestro no se escoge a los mejores
Hace unas semanas, se realizaron las esperadas oposiciones para maestros de Primaria del Principado de Asturias. Digo “esperadas” porque muchos jóvenes ponen en ellas sus esperanzas, después de haber dedicado cuatro años de esfuerzo académico, a los que en la mayoría de las ocasiones se añaden cursos especializados, menciones en distintas materias, certificaciones en lengua extranjera... No he podido menos que interesarme en cómo había ido el proceso, pues yo soy una de esas universitarias que se preparan hoy para poder optar, en un futuro próximo, a una de esas plazas. Pues bien, me gustaría dar una pequeña idea de las bases que en la actualidad rigen este proceso para que, quienes no están familiarizados en este ámbito, puedan también valorar la tremenda injusticia que nos abarca:
La oposición en sí consta de varias pruebas eliminatorias, pruebas de conocimientos y metodologías para la enseñanza. Otro apartado serían los méritos: cursos y experiencia laboral, es decir, tiempo trabajado como interino del MEC. A grandes rasgos, éste sería básicamente el desarrollo del proceso, del que saldrían tanto las personas que adquieren la condición de “fijos” por superar la oposición como aquellos que forman parte de la bolsa de trabajo para posibles interinidades. La controversia que nos ocupa surge cuando se da una excesiva prevalencia a la experiencia laboral dejando con un valor meramente simbólico las pruebas de conocimientos y técnicas educativas. Con este patrón, nos enfrentamos a situaciones en las que futuros maestros, con la primera, segunda o tercera mejor calificación en la fase “oposición” se ven desplazados y superados con creces por compañeros con notas mínimas, incrementadas a base de méritos. Además, hay que tener en cuenta que incluso se les permite presentar la nota que hayan sacado en otra oposición anterior si ésta les es más favorable.
Sólo quiero reflejar esta situación y dejar una reflexión:
- Si queremos una educación de calidad, ¿por qué no empezamos a escoger los profesionales mejor cualificados para cada puesto?
- Si pedimos al alumnado esfuerzo y dedicación para minimizar el fracaso escolar, ¿por qué no exigimos y valoramos ese mismo esfuerzo a los opositores a maestros?
- ¿Por qué conformamos con profesionales cuyas notas se inflan con méritos, si podemos tener los mejores expedientes de cada promoción?
- No desperdiciemos capacidades, no dejemos relegados, porque aún no han tenido la opción de trabajar, a quienes vienen dispuestos a aportar conocimientos, metodologías renovadas, actitudes y esfuerzo para conseguir un modelo educativo cada vez mejor.
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