El fraude del alquiler
Uno de los mayores fraudes que impunemente se perpetran en España se desarrolla en el alquiler de vivienda. Una parte no pequeña del PIB lo constituye el fraude en el alquiler de vivienda, así como en el entramado de las subvenciones y otras ayudas que se proporcionan para la misma.
Por un lado está el fraude extendido en el tiempo –pues lleva años desarrollándose con los gobiernos del PSOE & PP, que son los que están el poder desde hace años– el de quienes alquilan sus viviendas a estudiantes y veraneantes. Es un fraude doble, pues por un lado las arcas del Estado se resienten de falta de ingresos al no declarar las ganancias a Hacienda, y de otro se impide la creación de puestos de trabajo, cuando no se destruyen los que hay, al constituir una competencia desleal para hoteles, hostales y otros establecimientos dedicados al alojamiento y turismo. Los políticos nunca han demostrado interés en la erradicación de este fraude, tal vez debido a que ellos mismos participan en el mismo con las múltiples viviendas que atesoran. Por otro lado está una nueva modalidad de fraude, consistente en la obtención de subvenciones y múltiples ayudas fingiendo estar de alquiler en una, vivienda, cuando en realidad se está residiendo en otra, la cual incluso se ubica en distinto municipio para así poder sacar ayudas de dos ayuntamientos. Es el caso de quienes residen con su familia y fingen vivir de alquiler para obtener ayudas del dinero que los políticos quitan a los contribuyentes vía impuestos.
Finalmente está la modalidad extendida en las grandes urbes consistente en el realquiler, es decir, obtienen ayudas públicas por el alquiler de una vivienda, la cual luego realquilan a terceros, obteniendo doble ganancia, las subvenciones y lo que perciben por el realquiler, llegando al grado máximo de beneficio con el realquiler por habitaciones.
Los grandes responsables de que todo esto ocurra son los políticos municipales, pues desde los ayuntamientos nunca han hecho nada por la erradicación de este fraude a las arcas públicas, explotación –con los abusivos alquileres de los realquileres– y encarecimiento de la vivienda.
Si ahora mismo hubiese políticos competentes, en lugar de las nulidades que llenan los ayuntamientos, se solucionaría este problema, lo que permitiría que saliesen al mercado miles de viviendas para el alquiler, lo que abarataría el precio del mismo, facilitando la creación de empleo. Porque una de las causas fundamentales de que en España no se reduzca el paro a niveles de otros países está en el elevado precio de los alquileres; los países con alquileres más baratos son los que tienen economías más dinámicas.
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