Personas y contenedores
Se sugirió al tripartito municipal de Oviedo seguir hablando del museo potenciador de la riqueza atesorada en la Cámara Santa de nuestra Catedral y la andanada no se hizo esperar: “Las prioridades son las personas y no los contenedores” (LNE 23-7-15). Interpretación populista: primero, la subvención, después el jornal, según de donde venga.
Reconozco que no se ha de atribuir al tripartito la vieja abulia en el manejo de este tema, pero sí que trabe las ruedas cuando se movía el carro con asignación presupuestaria, según tengo entendido y que califique con desprecio el relicario cuyo contenido asombra a cuantos lo ven por primera vez y es mina de oro a cielo abierto. El enemigo está definido: la Iglesia y Oviedo, y no importa la pérdida de trabajo y prestigio universal, si entraña aplauso y votos de colegas.
Y no disimulan. En LNE del 19-8-15 se lee que miembros del tripartito anuncian en Faro la creación del museo (contenedor) de alfarería “que acogerá eventos culturales y será referencia”, rematando la presentación con que “su visita a la zona tenía el objeto de salir de la calle de Uría y del Club de Tenis”. La cita al privado Club de Tenis despeja dudas. Vaya, no obstante, la felicitación a Faro con el deseo de vida perenne al museo, por la artesanía y por el pueblo.
Aceptemos la patanería de “contenedor” y con respeto, apliquémoslo también a la Catedral de Santiago de Compostela, hijuela de la nuestra, si ahondamos en la historia. ¿Es despreciable la riqueza que mana de dicho “contenedor” para toda Galicia y la sitúa en el mapa del mundo entero? El obsesivo e irracional odio a la religión católica y de lo que de ella se deriva es una cosa (por cierto, quien se regodea con tal encono, ¿podría razonar ese odio en un folio?) y la realidad que ha de gestionar el gobernante es otra. Sepa el tripartito que las diferencias sociales, tan criticadas, las iguala la generación de empleo productivo y no las subvenciones a las personas y la persecución al empresario. El beneficio del despreciado “contenedor” es ejemplar. ¡Fuera prejuicios e imítese!
Pasemos al otro tema: la prioridad de las personas. El tripartido busca pobres que den sentido al capítulo mollar de su programa, pero no halla masa para lucirse. Cáritas (la Iglesia), sin alharacas ni votos, tiene trabajado este campo y las corporaciones anteriores también, sin acudir a debates ciudadanos en ágoras, tipo “La Madreña”, escuela de avispados ideólogos y demagogos, alérgicos al orden, respeto y mercado laboral y simpatizantes de la desobediencia civil y el descaro incivil. Por lo que estamos viendo de estos redentores, no pierden el tiempo hablando de la creación de empresas privadas y de empleo y de la responsabilidad de la cuenta de resultados. Sería la mejor ayuda para las personas, para los pobres y no la oferta de promesas irrealizables.
La hornada de políticos representada en el tripartito nada depara, salvo que el programa es el programa y si falla la parte A se recurre a la B y veremos insospechadas iniciativas que hinchen el bienestar social, sin cobertura económica, que para eso está la subida de impuestos por decreto, con cargo en su mayoría a ese “sparring” conocido por clase media, condenada a ser clase baja.
En concreto, pasar de las musas al teatro es difícil y estos regidores, ayunos en creatividad y gestión, por las muestras que van dejando, deben tener humildad suficiente para buscar la persona que marque rumbos de empresa privada para que en el municipio se note la alegría que da el trabajo y no la música de grillos anunciando “genialidades” como la sextaferia, el boicot a empresas... y lo que nos queda por ver. Debajo de las alfombras hallarán un expediente, aprobado por la CUOTA, parece, para potenciar la zona rural mediante la construcción de viviendas unifamiliares. Ahí hay trabajo, limpieza, vida y fijación de población. Encuéntrenlo y reveréncienlo. Los votos que al señor Caunedo le faltaron para seguir de alcalde tal vez los haya perdido por incumplimiento con la zona rural.
Concluyo. Respeto y apoyo máximo al pobre, que ni fue ni es vago. Rechazo al populista que se vale de él para medrar. El voto del pobre-pobre vale tanto como el del rico-rico, pero el de aquel es cautivo con cuatro promesas. La “nomenklatura” conoce estos ardides para seguir engañando y viviendo.
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