Dar voz al ciudadano de a pié
Me permito hacer un breve comentario ante la muy ponderada iniciativa del nuevo alcalde de La Coruña, Julio Ferreiro, que quiere dar voz a sus conciudadanos en los plenos municipales. Contó recientemente en una entrevista periodística, la frustración con la que salió de su primera asistencia a un pleno municipal siendo todavía un ciudadano sin cargo político, y para muchos un desconocido. En aquella ocasión, un mes antes de las elecciones del pasado 24-M, "sintió" --dice-- que las dependencias del Ayuntamiento coruñés, en la plaza María Pita, le resultaron frías y aisladas, como cerradas a la gente de la calle.
Y eso es lo que pretende cambiar ahora como responsable del municipio. No sin cierta valentía --todo hay que decirlo--, el alcalde permitirá que en cada pleno del Consistorio diez ciudadanos planteen al equipo de gobierno sus preguntas, sus reivindicaciones, sus propuestas y hasta sus quejas. Habrá que pedir vez, eso sí, y el tiempo de intervención será limitado.
Será, además, una forma de recordar simbólicamente que la democracia nació en un salón plenario de Atenas, al que llamaban ágora. En lo sucesivo, cada vecino que tome la palabra rememorará al ciudadano ateniense que hacía lo mismo hace varios siglos. Pero más allá del símbolo, serán muchos los coruñeses con ganas y también con arrestos para dirigirse a la Corporación municipal exponiendo sus reclamaciones y sus inquietudes.
La iniciativa es, sin duda, muy loable porque nunca está de más abrir vías al diálogo entre quienes gobiernan y los que son gobernados. Sí, efectivamente los ciudadanos tienen voz en las instituciones al estar representados por los políticos que son elegidos en las urnas, pero... Este es un gesto del nuevo alcalde coruñés que debieran haber tenido en cuenta los anteriores regidores municipales para incluirlo entre los ritos corporativos.
Sería muy plausible que esta decisión fuera copiada por todas las instituciones del país, donde ya sucede con otras formas de participación directa.
Felicitaciones pues al alcalde de La Coruña, por su democrático proyecto. ¡Enhorabuena, don Julio!
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