El cariño no tiene precio
He leído muchas veces en los diversos medios de comunicación quejas por el trato recibido por algún paciente, pero casi nunca se ve una carta de agradecimiento cuando es al revés, es decir, cuando te han tratado perfectamente.
Yo he tenido que acudir a un tratamiento en el HUCA y el trato recibido ha sido excepcional, empezando por las personas que te atienden en recepción y luego por los médicos, enfermeras, técnicos y demás personal sanitario.
Por todo ello, quiero agradecer a todo el personal que integra el equipo de radioterapia y quimio del citado hospital el trato recibido, no sólo en lo que se refiere a la parte profesional, sino –y muy especialmente– al afecto y cariño con el que te atienden, en especial las personas encargadas de radioterapia, cuyo trato y cariño han sido excepcionales, sin un mal gesto, sino todo lo contrario: con delicadeza y siempre sonrientes, interesándose todos los días por su estado.
Los felicito de todo corazón y les doy las gracias por el trato recibido.
Sólo cabe añadir que dichas personas cobran por la profesión que desempeñan, pero el afecto y cariño no tienen precio. Un fuerte abrazo para todas y cada una de las personas que me atendieron, de quienes me ha quedado un grato recuerdo que no olvidaré.
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