La Historia por lo que es
Parece algo consustancial a la clase política arrogarse papeles que no le corresponden. La Historia constituye una disciplina científica concreta, a veces difícil de delimitar conceptualmente cuando lo que estudia nos es relativamente cercano. Es lo que toca con la Revolución de Octubre del 34.
Se trata del acontecimiento histórico que situó a Oviedo en el centro informativo, quizás mundial. Es, junto a la Guerra Civil, el episodio clave de la historia de la ciudad en el siglo XX y como tal merece ser analizado desde dos perspectivas: una es la puramente investigadora, y en este aspecto la labor de los historiadores es innegable y encomiable, bajo los parámetros de cientificidad y rigor en la interpretación de las fuentes. La otra perspectiva es la divulgativa, poner en conocimiento de la ciudadanía aquello que se ha investigado combinándose con la anterior para que el conocimiento histórico no parezca incompleto. Este binomio (investigación-divulgación) es lo que permite dar a conocer no solamente qué es lo que sucede sino, y sobre todo, sus causas y sus consecuencias.
Es bajo este prisma que se ideó “La ruta del 34” como una actividad más de “La Noche Blanca” para fomentar la labor divulgativa en el conocimiento de nuestra historia. No puede haber ninguna otra intención que no sea la de servir correctamente a este principio.
Las personas responsables de esta actividad tienen opiniones personales y políticas, como no podría ser de otra manera, pero ante todo son profesionales metódicos y rigurosos que encaran su labor con respeto y devoción a la objetividad histórica exigible.
Los políticos no deberían ser quienes determinasen qué parte de la Historia merece ser recordada o no, ni mucho menos cómo. La Historia no necesita censores. La Historia es significativa por lo que es, no por lo que se pretende que sea y, como tal, está por encima de prejuicios ideológicos.
Los organizadores de esta actividad están convencidos de la idoneidad de incluir la Historia en el conjunto de actividades culturales de la ciudad. En este sentido, el diálogo crítico y la confrontación de pareceres nunca podrán asociarse a ningún tipo de revanchismo, simplemente pretende ser una puerta abierta para la interpretación histórica que permita una mejor comprensión de lo que fuimos y de lo que somos.
Rubén García Riesgo
Profesor licenciado en Historia, Oviedo
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