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El puño que ganó a Villa

27 de Septiembre del 2009 - Manuel Santiago Pérez Fernández (Tineo)

Permítanme que les haga una aclaración: no soy antivillista, tampoco soy villista. Vamos, para que me entiendan, estoy hablando de José Ángel Fernández Villa. Unas veces, reconozco que muchas, estoy de acuerdo con él, pero en otras, muy pero que muy en desacuerdo. Perdonen, pero es que soy de los que les gusta dar explicaciones, qué le vamos hacer.

Llegó Rodiezmo, y allí todos se despachan de lo lindo; Villa especialmente, juega en casa. Yo no estuve allí, aunque me vuelvo a confesar y les digo que sí estuve en varias ocasiones. Eso sí, me leí todo lo que dijeron los periódicos sobre el acontecimiento.

Me van a permitir que les traslade lo que dijo Fernández Villa, según un medio de comunicación –está entrecomillado, por lo que entiendo que está recogido en su literalidad–, propuso la creación de «una gran empresa pública nacional» para gestionar el mineral y garantizar su consumo. «Al Gobierno le iba a resultar más económico y daría estabilidad y confianza a los trabajadores y a las regiones afectadas por el devenir del sector energético y la minería».

Casi nada. Vuelvan a leerlo, por favor. Con la que está cayendo en el sector creo que su propuesta tiene el suficiente calado para que se debata la cuestión. Bueno, lo que nos faltaba. Mira que esas políticas están trasnochadas. Son cosas rancias. Majaderías de sociatas. No nos pasemos, de algunos, pues otros ya no se saben lo que son.

Vamos por partes. Estoy cansado de oír que el carbón es un recurso estratégico. Yo soy de los que piensan que lo es; pero lo que yo piense, al fin y al cabo, qué importa. Lo dicen los que mandan, y eso sí que vale. Pues si eso es así, que lo demuestren con sus acciones políticas.

Pensándolo bien, igual hay razones para tirar de las orejas a los que mandan y no cumplen con los acuerdos referentes al carbón. No, imposible.

En estos últimos tiempos las térmicas han dicho que no compran más carbón nacional. Entre otras cosas, porque tienen mucho almacenado, y yo, en mi inmensa ignorancia, pienso que algo tendrá también que ver el que les salga más barato el importado, pero estaré equivocado. Qué sabré yo de eso que llaman economía de mercado, libre competencia y un largo etcétera de libertades economicistas.

La solución al problema, quiero decir, la solución al problema que tienen los empresarios privados del carbón, fundamentalmente dos, y uno algo conocido por estas tierras de Tineo, es que Hunosa les compre y almacene el carbón. Parece ser que esas empresas también van a almacenar ese carbón que paga la empresa pública. Déjenme que sólo ponga signos de ¿? y ¡¡!! Por favor, que alguien me lo explique, que soy muy cortito. Creo que la cifra que se ha dispuesto para este menester es de más de 100 millones de euros. Voy a ponérselo con ceros: 100.000.000 euros. A que les parecen muchos números. Pues anda, que si lo pasamos a pesetitas, entonces son… ¡uf!, qué mareo.

Traduzco: desde la empresa pública Hunosa vamos a pagar los platos rotos de unos empresarios del carbón. Como ya tenía muchos amigos esta empresa –me refiero a HUNOSA– ya verán dentro de una temporada cuando se olvide esta sangría.

Por cierto, que no se nos olvide: es desde Hunosa desde donde se están realizando los esfuerzos para que el carbón sea menos contaminante y siga siendo ese recurso estratégico de primer orden. Las empresas privadas del carbón ya vemos a lo que están.

Vale, nos gastamos el dinero público. Hay que dar cobertura y apoyo a los trabajadores del carbón, por eso se toma esta medida, no por los empresarios. Bueno, aceptamos el pulpo como animal de compañía.

Esta situación va ser transitoria y al cabo de un tiempo, más o menos largo, las térmicas van a volver a comprar carbón nacional, entonces, y quisiera lanzar esta pregunta al mundo mundial: ¿qué carbón se va a comprar?, ¿el almacenado?, ¿pararán de extraer mineral las empresas privadas?, ¿será Hunosa quien detenga la producción o simplemente se habrá gastado el dinero público y se lo habrán embolsado esos empresarios y a los demás, que nos den? Es dinero público. Se tapa el problema y aplicamos la estrategia de la curia romana: dejar pasar el tiempo, que todo lo calma y pone en su sitio.

Pero no me hagan caso. No entiendo nada, ya lo he dicho. Seguro que son desvaríos míos y que mi ignorancia me conduce a estas preguntas tan confusas y fuera de tono. Por todo ello pido disculpas a los que saben y van a solucionar el problema.

Ya para terminar, ¿será que José Ángel Fernández Villa dijo cosas que no hay que tocar?

De sus propuestas, ni mu. Ahora, lo del puño en alto, miren ustedes todo lo que ha dado de sí. Siento decírselo a Villa, pero un puño le ganó la partida en esta ocasión. Quién se lo iba a decir. Por cierto, ¿creen en las casualidades?

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