En la playa hay un soldado herido
–¿De qué vas tan herido, soldado?.
–De arrancar banderas.
–¿Tantas había?.
–Y las que aún quedan...
–¿Quien ha sido?.
–Lo habéis hecho entre todos, y tú estás entre ellos. Pero Dios no es inocente
Ha sido el primero en llegar y está bebiendo los mares, ola a ola, trago a trago, un océano sin navíos y con las costas vacías; se ha atrevido contra todos para abrirnos el camino, miles de madres le esperan danzando cerca del fuego y cantan porque ya llega, un lucero; si nos ponemos detrás nos llevará hasta los mundos de amapolas y de lirios, a las tierras verdes, a los palacios altos con bosques llenos de ciervos, de faisanes y de cuentos, de abiertos campos de uva que vendimian de enero a enero, y mares de palmerales de dátiles tempraneros, allí nunca falta trigo y hasta los besos brotan en mitad de los senderos, hay caramelos gigantes de menta, fresa y vainilla, y helados como naranjas, y chocolate que mana de fuentes que nadie ha visto, y caballitos de ruedas con pedales de madera, y lápices de colores con millones de hojas en blanco que quieren ser arcoíris pintados por manos blancas. Por fin ha llegado alguien que sabe bien el camino.
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