Basta sucesión de ironía y regocijo
A Evelio G. Palacio. Estimado señor: Tras leer su artículo "Un arranque extraño", me he quedado especialmente sorprendido. El tono irónico que lo recorre denota que llevaba meses en la recámara esperando el aroma de la carroña para salir. Sin duda, cambiando los detalles, habría salido al momento si lo de Cádiz hubiera terminado de otra forma.
Entre los oviedistas hay perfiles para todos los gustos: los hay optimistas natos, que sólo ven en la derrota un motivo para avanzar más, y los hay pesimistas, que viven cada tropiezo con preocupación. Pero los respeto a todos, porque nos une la preocupación y el desvelo para que todo le vaya bien al club. Al contrario, en su artículo no hay ni rastro ni de optimismo para invertir la dinámica ni tampoco preocupación. Hay una basta sucesión de ironía y regocijo, en un estilo pueril de "chincha, rabincha" más propio de Primaria que de un periódico serio. Aunque, claro, para eso tendríamos que estar hablando de un medio serio, no de una publicación cuya línea editorial viene marcada por el provincianismo más absoluto, por ese estilo marca de la casa de titulares apasionantes a toda página, verbi gratia "El primo del premio Nobel XXXX pasó un verano en Castropol" y similares. Pero ése es el nivel que hay, y que ya no sólo atenta contra el gran periodismo que dieron otras generaciones en este país, sino que va en su propio detrimento, poniendo día tras día a la afición oviedista en su contra con este estilo de gacetilla barata. Y encima en una situación de crisis irreversible para la prensa en papel, sin duda en algunos casos merecidísima. Vaticino que en poco tiempo se verá a algún subdirector de su medio de rodillas mendigando unos miles de euros a ese "hombre que acapara el poder" que cita usted en el último párrafo. Por suerte, hay hemerotecas.
Evelio Palacio, tranqui, sin prisa, que a lo mejor en vez de sepelio terminamos en palacio antes de que pestañees. Salao.
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