El futuro de un discapacitado intelectual
Quisiera que los políticos, Asuntos Sociales, etcétera, me pudieran dar respuestas concretas y claras respecto a qué va a pasar con mi hijo discapacitado intelectual, cuando su padre y yo ya no estemos. Sé que en un futuro no muy lejano acabará sus días en una institución del Estado.
El día que eso suceda, para él se habrán acabado su bienestar y la calidad de vida que ahora tiene. Se le sacará de su casa, de su entorno, tendrá que adaptarse a una nueva situación que va a ser estresante y mucho me temo que nada gratificante, se queda huérfano dos veces, por la pérdida de sus padres (es hijo único) y por la pérdida de su vida, que al día de hoy tiene controlada.
Ya sé que me van a decir que para eso están las instituciones, pero me pregunto ¿no estaría mejor en su casa, en su entorno, con sus actividades, rodeado de las personas que lo conocen, de sus compañeros del centro ocupacional, que en una institución del Estado?
Ya sé que eso no lo van a ver factible y darán miles de razones para convencerme, pero... yo planteo lo siguiente: él tiene su casa, su paga y un medio por el que se maneja dentro de sus posibilidades bastante bien. El tutor, que en este caso va a ser el Estado, ¿no puede hacer lo posible, siempre bajo su supervisión, para que tenga una persona en su casa, garantizando que tenga todos sus derechos cubiertos y ayudarle en su vida diaria?
Dirán que eso supone un gasto añadido, que no hay presupuesto, pero, bueno, igual que hay dinero para subvencionar los toros, el fútbol y demás cosas superfluas, que lo haya para los dependientes, que son personas con derechos como cualquier ciudadano, y como tienen derecho a nacer también tienen derecho a una vida digna y sin recortes. Ésta es mi opinión. Yo sé que sólo los que sufren esta situación me van a comprender.
Señores políticos, pónganse en mi piel y díganme qué harían en mi situación, me gustaría que alguien contestara a lo que expongo.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo