Terminó la escuela de verano

He ido al cardiólogo a la Fundación Hospital de Jove y, como siempre ha sido en ese hospital, el trato fue exquisito. Viven allí una lamentable situación al estar sin homologar su personal sanitario (en cuanto a retribuciones y carrera profesional) en relación con otros hospitales propiedad de la Administración que hacen el mismo servicio público. ¿Es por ahí, por donde debe ir el futuro innovador? ¿Centros colaboradores para hacer servicios públicos sin que la Administración, que los contrata, fuerce a la homologación del personal con el personal que realiza el mismo servicio en los centros propios de la Administración? Qué fue de aquel principio histórico: ¡a igual trabajo, igual salario! Porque, esto, parece prestamismo laboral.

Ustedes pueden pensar que cambio de tema o que lo que voy a decir a continuación es como lo del huevo y la gallina; pero, al final, verán como todo tiene relación: La dinámica y competitividad de los sistemas productivos y sus productos (la innovación) hace necesaria la FP permanente. Es ésta una formación sin la cual ninguna innovación es posible. Pero ¿Qué es eso de una FP para la empleabilidad y el aprendizaje permanente? En fin: Que la generación mejor formada de la historia esté ganando 900 y 1.000 euros al mes es algo que no se puede explicar el ex rector don Juan Vázquez, y así lo manifestó en la Escuela Internacional del Verano de UGT. A mí, esto, me da que pensar, y pienso en: la LOGSE, el ranking de nuestras universidades, la cantidad de cursos de la desconocida FP permanente que se han dado y se dan con los fondos públicos (europeos o no) y, también, en que nuestra Universidad fue pionera a principios del siglo XX con sus aulas de extensión universitaria en la formación de trabajadores. ¡Y ya ven ustedes a lo que se llega tras casi un siglo de innovación! Pero prepárense, que si es inexplicable lo poco que cobran los jóvenes, lo que les voy a contar lo es aún más. Y es que frecuentemente lo que cobran, lo cobran de una empresa determinada que está a nombre de un testaferro de alguien, que es el que tiene conocidos. Ahora bien, ellos realizan su trabajo dentro de una empresa de reconocido prestigio que paga a su conocido a través del testaferro, el cual paga al mileurista (nuestro joven o no tan joven esclavo) que trabaja más horas de las que figuran en el contrato y que, afortunadamente para él, como la empresa es innovadora y moderna, pues tiene office para comer (con microondas y 'nevera') y ¡hasta gimnasio! Así puede recuperar sus energías comiendo, y las cansadas cervicales del asentimiento con gimnasia. ¿Cuál será la próxima innovación?: ¿un cubículo para dormir en la misma empresa con electrodos tipo Matrix? Démosles tiempo.

No crean que este prestamismo se da sólo en las empresas. No. La Administración puede contratar a una empresa por concurso público para dar un curso en sus propios centros, luego la empresa contratada, contrata a su vez a un experto de los que tiene en su lista de docentes para que lo imparta. La administración paga X a la empresa intermediaria y la empresa paga Y al experto docente. X-Y forma parte del beneficio empresarial por los gastos de representación. Bueno, creo que dado lo innovador del método, éste se convertirá en el modelo a seguir con la anuencia de la clase sindical, que incluso es muy posible que lo aplique en sus centros colaboradores. Aquellos ideales sindicales como: '¡a igual trabajo igual salario!' han devenido en caducos. Lo innovador está en el prestamismo y en la intermediación con los servicios públicos: tú págame a mí, que ya luego yo busco a alguien para que lo haga. ¡Este uso de los recursos humanos es la innovación, la gestión de la innovación y hasta el sursum corda de la innovación! Ya verán cuando llegue a la Escuela y a los Institutos el tal sursum corda: ¡será el no va más de la innovación! Los AMPAS (innovadores) cobrarán, gestionarán los recursos y subcontratarán los cursos de entre las amistades y afinidades comunes, y, con los réditos, organizarán actividades.

Espero que la Escuela Internacional de Verano de UGT haya terminado bien y que se haya llegado en ella a conclusiones innovadoras con las que se pueda concebir un mundo mejor tal que: lo más importante de los puestos de trabajo sea que no se amorticen ni se declaren a extinguir. Ahora bien, luego de esto, lo más importante sería la defensa del trabajador y su empleabilidad mediante la formación permanente de carácter ocupacional. Pues lo importante no es ya que el trabajador conserve determinado puesto de trabajo, sino que tenga trabajo en su entorno. Esa empleabilidad, y la competitividad de las empresas y su dinamismo, se conseguirán únicamente mediante una estructura formativa con participación de la Universidad, el mundo empresarial y la propia Administración aportando, ésta, recursos materiales y una docencia entregada en su cometido. Sin esto, me temo que seguiremos sin saber buscar el futuro del progreso. La famosa innovación sólo podrá ser posible si los empresarios hacen caso de los expertos y se dan cuenta de la necesidad de un trabajador estable que piensa y capaz de ser adaptativo a los cambios productivos de la empresa mediante su formación, y que éste, es el único camino tras la inversión en investigación.

Apagados los motores del falso progreso, explotada la burbuja de la construcción y sin venderle ni alquilarle un piso al turista internacional que ya no nos visita, ¿qué queda con auténtico valor añadido que no nos hayamos cargado?