Prepotencia frente a pasotismo
Dejando a un lado nuestros problemas personales, como españoles, ahora mismo tenemos algunos que pienso debieran preocuparnos.
Llevamos años viendo como la situación en Cataluña se deteriora cada día, y da la impresión de que al Gobierno central, si nos fijamos en su forma de actuar, este tema le parece baladí. No se puede entender tanto pasotismo y tanta tolerancia frente a quienes demuestran cada día pasarse por el forro de sus chaquetas las leyes y normas del Estado español.
Andamos poniendo parches a una balsa que hace agua por todas partes, quienes gobiernan esa región de España, están empecinados en convencer a sus ciudadanos de que España es una tara para su región, y que todos sus males son consecuencia de un Estado español que los tiene oprimidos y maniatados en todos los sentidos y sangrándoles, cual sanguijuela, hasta dejarlos extenuados. Cuando luego los hechos y la realidad, demuestran más bien lo contrario.
Tenemos una ley del IRPF, que salvo en el tramo autonómico, no hace distinciones entre ciudadanos de distintos territorios; lo que equivale a decir que: tanto ganas, tanto tributas. Si Cataluña tiene una renta alta, es justo que tribute más que una autonomía con renta baja; de lo contrario, el principio de solidaridad se iría al garete. Yo cobro una pensión media-alta, y es lógico que tribute más que quien tiene una pensión o salario bajo.
En mi opinión, ahí se han dejado las cosas ir tan lejos, que ahora no sé yo si tendrán retorno y solución posible. En mi opinión, por intereses políticos de unos y otros, se les fue cediendo la administración de tantas parcelas gubernamentales, que ahora no hay manera de hacerlos entrar en razón. Cuando se transfirió la educación, el Estado español
puso en sus manos la herramienta o arma más importante a su favor, para llegar a la situación en que hoy nos encontramos. Si a los ciudadanos de esa parte de España desde niños se les alecciona en el sentido de que España les tiene oprimidos, no es de extrañar que ahora tantos años después y con casi dos generaciones educadas en tan falsa dirección, llegue el día de la famosa Díada y monten allí la que acaban montando. Llama aún más la atención, que el Gobierno de la nación no organice a la vez un día nacional en Madrid, Valencia, Oviedo, Sevilla o dónde toque, dándonos al resto de los españoles la posibilidad de manifestar nuestro deseo de seguir unidos en una nación que nos proteja de caprichos y sueños utópicos de ciertos cantamañanas e irresponsables que nos pueden acabar llevando a situaciones no deseadas.
Es triste ver lo que está pasando, faltan cataplines para hacer que cada cual cumpla con su deber, Y da vergüenza oír y ver ciertas tertulias radiofónicas y televisivas poniéndose del lado de los separatistas o secesionistas. Esto, ojalá me equivoque, pero a la larga suele traer muy malas consecuencias. El Gobierno de la nación, tiene a su disposición la Constitución, que le indica la forma de proceder frente a quienes habiendo jurado a la hora de tomar posesión de sus cargos, lealtad a la Constitución y leyes y normas del Estado español. Quien no las cumple, que apechugue con las consecuencias. De lo contrario, esto acabará siendo cualquier cosa menos una nación respetable.
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