La fuerza de la imagen y su poder
Cuando nos ponen algo en los informativos de televisión y su metralla salpica a periódicos y radios, se instala la sensación de que la realidad es ésa. Del mismo modo, cuando la noticia se quema y su cotización baja estrepitosamente, se desintegra como un humo al viento y la realidad cambia de orientación. Las tertulias de los bares toman otro rumbo y las indignaciones y rasgaduras de ropas asumen distintas motivaciones. Así, en un chasquido de dedos, la masa mira aquí, mira allá, gira y vuelta a empezar. Como en la coreografía de un éxito estival, podemos hacer indistintamente el papagayo o el ciudadano indignado. Pero la realidad tiene la costumbre de ser tozuda y, aunque desenchufen los focos que en ocasiones la alumbra, ella sigue allí, erre que erre.
Ahora toca refugiados. Es, perdonen el paralelismo, el tema del verano. Cuando leo, escucho o veo tanta tertulia, tanto arreglamundos, tanto enterao (y tanta) desde políticos oportunistas que lo mismo abrazan un chopo que se arremangan como si fuesen a recoger unos vidrios rotos, pasando por esos especialistas de todo o tertulianos hasta convecinos que en medios como éste expresan su insoportable irritación indignada hasta la próxima y más indignante noticia, me pregunto dónde estaban hace cinco semanas esas cóleras, esos arrebatos de justicia universal. Lo digo porque todos esos que hoy se agolpan a las puertas orientales del imperio no se han materializado anteayer como unos ectoplasmas de Hollywood; su realidad es desdichadamente anterior a nuestra irritada atención, ahora han avanzado hasta primera línea de cámara, eso es todo, pero conviene no olvidar que su protagonismo es efímero y las elecciones catalanas, otro caso de chorizos patrios o una oportuna goleada a domicilio volverán a ponernos las orejeras y miraremos a otro lado.
A todos esos que comparten su ansiedad y sus arcadas, su revoltijo de tripas corazón, les queda el consuelo de que antes de que doble el mes ya pensarán en otra cosa, hasta las próximas ganas de vomitar. Les recuerdo, desde que tengo uso de razón, desfilaron desde Biafra hasta estos sirios... suma, sigue... A quienes la injusticia de este mundo ha dejado muy limitadas sus esperanzas, en cambio, les quedan muchos largos inviernos a oscuras, olvidados, con la esperanza acaso de que la lotería de las cámaras fije su objetivo en ellos, y otra vez el circo a empezar; estrellas mediáticas desplazando sus equipos para directos impactantes, tertulianos con soluciones definitivas y fulminantes y políticos reunidos haciendo como que hablan. También, en estos medios, ciudadanos como yo diciendo cosas y tal hasta que el Pedrusco Fútbol Club fiche a Barbrujen, que es un crack.
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