Creo en un futuro de paz y progreso
1.–Más de una vez escuché esta afirmación hecha por don Gabino Díaz Merchán durante los cuarenta y seis años que llevo tratándole desde el 21 de septiembre de 1969 hasta hoy. Y lo demostró a lo largo de su vida y desde niño.
Muchos recuerdos hacen que mi memoria pueda tener algún gazapo en los hechos que quiero transmitir de la vida de don Gabino.
Al comienzo de nuestra guerra incivil (1936-39) fue, con su hermana Paquita, testigo de lo más doloroso de nuestras vidas... Vieron cómo llevaban a sus padres abrazándose en un camión “para hacerles unas preguntas y que estarían unos días fuera”. Al ver que no volvían, los buscaron: habían sido asesinados. Estos dos niños se preguntaban por qué sería y se decían: “los papás daban comida a los pobres, fiaban cosas en su tienda que les pagaban al mes cuando cobraban, y cuando no podían pagarles les oían decir: Ya lo haréis cuando podáis, y si no Dios nos lo pagará”. Los cuatro, con la tía, iban a misa todos los domingos muy contentos; nunca oyeron queja de tan buenos vecinos como sus papás. Las lágrimas de esos dos niños se unieron a las de millones de niños y niñas que han llorado durante siglos los asesinatos de sus padres.
Los dos fueron acogidos en el hogar de paz de unos tíos donde la luz de la verdad fue norma de una convivencia feliz. También vi las lágrimas de don Gabino cuando fuimos a atender a tía Efi en sus últimos momentos. Pasaron los años. Durante la vuelta de la democracia, quiso el Ayuntamiento de Mora de Toledo poner su nombre a tradicional calle de Toledo. Don Gabino les aconsejó: “Nadie debe cambiar el nombre tradicional de una calle porque al volver de unas elecciones pueden otros, en revancha, cambiarlo y poner el nombre tradicional. Lo que sí podéis hacer es dedicarla a mi nombre”. Así lo hicieron: fue un consejo que dio luz a una nueva situación. Con ese motivo el Ayuntamiento quiso hacerle un homenaje, y allí estaban todos los partidos menos el comunista. Todos los presidentes quisieron honrar a don Gabino con sus intervenciones terminando el alcalde recordando a sus padres. Tuvimos un sencillo vino de la Mancha que tan sólo duró quince minutos.
He dejado para ahora comunicaros que el Partido Comunista quiso visitar a don Gabino en su casa antes del homenaje oficial del Ayuntamiento. Don Gabino los recibió y saludó a todos con cortesía siempre llena de comprensión; un pequeño discurso del presidente que noté muy emotivo y le dijo: “Por no estar de acuerdo con el modo en que han preparado el homenaje no vamos a asistir, pero sí queremos afirmarle que rechazamos todos los actos antidemocráticos de la guerra, que condenamos y repugnamos por los asesinatos de aquel entonces; y al hacernos cargo del dolor causado por nuestros predecesores, queremos pedirle perdón y le pedimos que sea siempre como es ahora: un constructor de la paz en este su pueblo y en la vida de nuestra sociedad”. También aquí la misericordia completó la reparación del delito.
2.–Pasaron los años, don Gabino era el arzobispo de Oviedo y don Rafael Fernández, presidente del Principado de Asturias. Falleció la esposa de don Rafael. Don Gabino telefoneó a don Rafael para anunciarle su visita en su domicilio particular para darle el pésame. Llegamos, se saludaron muy atentamente, le dimos el pésame y don Rafael quiso sentar a don Gabino a su lado, la sala estaba llena de familiares y amigos del Partido Socialista, así como representantes de diversas entidades. Llegó el momento de la despedida de la difunta, y don Gabino le dijo a don Rafael que seguía a su lado. De pie todos escuchamos las emotivas palabras de unos y otros; terminaron entonando su himno; mientras, don Gabino y un servidor rezamos por el eterno descanso de tan fiel esposa y nos despedimos. Creo que este hecho de la visita de don Gabino no salió publicado en la prensa; hoy lo hago porque tan buena obra de misericordia ante todos los políticos no debe quedar en el olvido. Así se explica cómo todos los representantes de los partidos políticos, tras las elecciones, venían a visitar al señor arzobispo. Comenzaban con un apretón de manos y terminaban igual o con un abrazo de tan buen pastor de la diócesis.
3.–Por las muchas vivencias propias y de cuantos fue tratando, como de las variables situaciones del mundo, incluidas las dos guerras, la española y la segunda mundial, como de sus consecuencias, don Gabino vio desde joven que su vocación cristiana tenía que desarrollarse transmitiendo tanta luz cuanto pudiera para consolidar la paz entre las personas que tratara y a cuantos quisieran oír su palabra de buen amigo. De ahí que, al ser nombrado obispo e Guadix-Baza, decidiera que su lema episcopal fuera “Lumen cum pace” (“Luz con paz”). Así, pues, en sus homilías, exhortaciones pastorales y conversación siempre expresó estos fines con claridad en ideas y palabras e inmensa paz en medio de cercanos, nosotros, y lejanos, los que lo escucharan a través de las ondas o lo leyeran.
LA NUEVA ESPAÑA del 31 de diciembre de 1995, domingo, publicó el artículo de don Gabino: “Futuro de paz para los niños”. Destaco estos párrafos por ser base, centro y fines de lo escrito:
“La celebración del 50.º aniversario de la ONU pudo certificar en este año 1995 una situación mundial que hace concebir serias expectativas de paz en el mundo. Sin embargo, la paz no se ha consolidado definitivamente por los problemas que están incubándose en la sociedad de finales de siglo: la injusta distribución de los bienes, la intolerancia, los brotes de xenofobia, el ansia de dominio mundial, son algunos botones de muestra” (...) “la frágil paz del mundo puede desmoronarse cuando menos lo pensemos desatando una nueva serie de conflictos sociales en un futuro inmediato”.
“Tal vez las consecuencias más tristes de las guerras e injusticias en el mundo las sufran los niños. Por esta causa el Papa Juan Pablo II propone para el día 1.º de año (1996) una meditación sobre la necesidad de asegurar a los pequeños de hoy un clima más constructivo de paz: demos a los niños un futuro de paz”.
“Las agresiones violentas en las guerras hoy no respetan a la población civil, ni siquiera a las escuelas ni a los hospitales. No se detienen ante barreras que siempre protegieron el derecho internacional y el sano juicio... Los ‘niños de la guerra’ crecen rodeados de violencia y de amenazas pavorosas de destrucción... las luchas tribales y las ‘limpiezas étnicas’ se ceban de ordinario en los más pequeños indefensos y en los ancianos. Sus ojos desorbitados por el terror condenan nuestra pasividad desde las pantallas de la televisión”.
“A este panorama desolador de los conflictos bélicos hay que añadir el sufrimiento infantil del mundo más pobre, mientras el ‘progreso consumista’ de los pueblos ricos se mide por el aumento del gasto de una sociedad que pierde el sentido social cerrando los ojos a la injusta distribución de los bienes en el mundo”.
“Algunos problemas sociales de la sociedad contemporánea como la ruptura de familias, el paro endémico, las extorsiones y actos violentos del terrorismo y el tráfico de las drogas están repercutiendo directamente sobre los niños y los jóvenes”.
“Los adultos deberíamos comprometernos en proporcionar a los niños y a los jóvenes un ambiente distinto donde puedan crecer en la dimensión solidaria y fraterna y abriendo sus vidas a un horizonte libre de intolerancia, de agresividad y de violencia”.
“En el día 1.º de año los cristianos debemos orar por la paz en el mundo, poniendo nuestras inquietudes bajo la protección de la Santísima Virgen, la Madre de Dios. Este día es muy apropiado para hacer proyectos de nueva vida ante el nuevo año que comienza. Si somos consecuentes con nuestra fe, aprovecharemos este nuevo año para comprometernos más en ser constructores de paz”.
“Apoyemos a los educadores y a los padres de familia para que asuman su tarea de formar a los niños para la convivencia en la paz y en la justicia. Apoyemos con nuestra colaboración a las obras e instituciones de la sociedad civil y de la Iglesia que se ocupan de proporcionar paz y calor de familia a tantos niños abandonados, enfermos y famélicos, incluso en la misma sociedad española. Merece la pena ayudar a los niños y a los jóvenes”.
“Hagamos el bien que podemos y Dios hará el resto. Porque Dios nos ha dado a su Hijo, nacido como un Niño humilde en pobreza y abandono de los poderosos, para que reparemos en nuestro mundo la injusticia y la marginación que sufren hoy millones de niños y de jóvenes”.
Creo que si seguimos los consejos de don Gabino, el futuro se asentará sobre una paz estable y un auténtico progreso de la Humanidad toda.
José Fuentes y García-Borja, canónigo de la Catedral y secretario particular del señor arzobispo (1979-1992)
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