El HUCA ¿cómo que no funciona bien?
Funciona a las mil maravillas, pero para ellos, para todos y cada uno de sus empleados. Para ellos no existen listas de espera. No así para el resto de ciudadanos (precisamente para aquéllos a los que se deben). Para éstos, las listas de espera son cada día más: humillantes y difícil de interpretar.
Si queda un sitio después de colarse ellos (familiares, conocidos y clientes), le llamarán para atenderle para dentro de seis u ocho meses, con toda urgencia (y todavía tienen la cara de poner en tu informe: preferente; no sé por qué, la reminiscencia me lleva a Blesa, Bankia y engaño en toda regla).
Nadie les exige. La pereza y la desidia invaden el recinto. Los sindicatos (demasiados) tienen liberados por doquier (después dicen que las deficiencias son por falta de personal). ¡Claro, se escaquea demasiada gente! Pueden compatibilizar con privada, colando sus clientes para ingresos, operaciones, pruebas, etcétera. Es un caos para los de fuera, pero un paraíso para ellos, es su cortijo privado.
Tienen que cambiar muchas cosas: un consejero de verdad, que destituya a todos los jefes donde su departamento tenga listas de espera anormales, colocar profesionales responsables en esas áreas, compensar a los buenos profesionales, que los hay, con ascensos y sueldo en condiciones, y al contrario, disminuir y despedir, si fuera necesario, a todos aquellos que consiguen que este armatoste funcione cada vez peor.
¿No me digan que es imposible hacer un estudio en condiciones de las deficiencias, cambios y necesidades, para hacer funcionar esta empresa pública al servicio de los más débiles? Si no lo hacen, es porque les va bien a quienes manipulan y dominan la actual situación, lo cual blanco y en botella: relevo inmediato de todos los que hasta ahora nada hacen por mejorar la atención a los pacientes en general.
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