El caso de Ali Aarrass
Ali Aarrass se encuentra en huelga de hambre en la prisión de Salé II, cerca de Rabat, la capital de Marruecos, desde el pasado día 25 de agosto, fecha del segundo aniversario de la decisión el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria, de la ONU, que pidió su excarcelación tras apreciar que había sido declarado culpable en un juicio injusto basado en una “confesión” contaminada por la tortura. Protesta también contra el nuevo trato carcelario que está recibiendo y por los retrasos significativos en la investigación de las autoridades judiciales de sus denuncias de tortura, así como la falta de respuesta del Tribunal de Casación casi tres años después de que apelara contra su condena ante la máxima autoridad judicial de Marruecos. Su familia ha declarado que está muy débil y que tiene problemas para ponerse de pie.
Amnistía Internacional Asturias viene trabajando intensamente sobre este caso, que constituye un lamentable paradigma de tortura anunciada: Ali Aarrass, que tiene doble nacionalidad (marroquí y belga), fue extraditado desde España a Marruecos en diciembre de 2010, en contra de las advertencias del Comité de Derechos Humanos de la ONU y de Amnistía Internacional de que allí podía ser objeto de tortura y juicio injusto. Efectivamente, Ali denunció que tras su extradición los servicios de inteligencia marroquíes lo mantuvieron durante diez días en un centro secreto de detención, le propinaron golpes en las plantas de los pies, le aplicaron descargas eléctricas en los testículos, lo mantuvieron colgado de las muñecas durante largos períodos y le quemaron el cuerpo con cigarrillos. La declaración que prestó bajo tales condiciones fue determinante de la condena a doce años de prisión impuesta por un tribunal que lo declaró culpable de pertenecer a un grupo delictivo conocido como “red Belliraj” y proporcionarles armas.
La actitud de España al llevar a cabo dicha extradición mereció el reproche de organismos de Naciones Unidas: el Comité de Derechos Humanos de la ONU declaró que España había incumplido las obligaciones contraídas en virtud del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, y el Comité contra la Tortura expresó también su preocupación por la extradición y pidió al Estado español que investigase las torturas.
Respecto de Marruecos, el Comité de las Naciones Unidas contra la Tortura declaró el 19 de mayo de 2014 que vulneraba la Convención contra la Tortura en relación con Ali Aarrass. Dos días después las autoridades judiciales marroquíes anunciaron que iban a investigar la denuncia de que había sido torturado tras su llegada a Marruecos. Fue examinado por un experto forense independiente en presencia del relator especial sobre la cuestión de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes de la ONU, Juan Méndez, quien dijo después que Ali Aarrass tenía señales compatibles con su denuncia de tortura. Sin embargo, sus abogados aún no han recibido el informe del examen médico y parece que la investigación se ha paralizado.
Hace un año, dentro de la campaña global de Amnistía Internacional Stop Tortura, la organización entregó al ministro de Justicia y Libertades de Marruecos una petición global con 216.500 firmas en la que se solicitaba a las autoridades que investigasen la tortura de Ali Aarrass y aplicaran la decisión del Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria. Desde Asturias participamos activamente en esta campaña con diversos actos públicos de sensibilización y envío de cartas a las autoridades marroquíes.
Amnistía Internacional pide a las autoridades marroquíes que, de acuerdo con lo dispuesto por el Grupo de Trabajo de la ONU sobre la Detención Arbitraria, Ali Aarrass sea puesto en libertad de inmediato y se le ofrezca la debida reparación. Mientras permanezca en prisión, deben protegerlo de nuevos abusos y garantizar que la investigación prosigue sin obstrucción ni demora.
Ignacio Bernardo Jiménez
Presidente de Amnistía Internacional Asturias
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