Asturias, una paradoja junto a Cataluña
Que paradojas tiene la política: parte de los catalanes se quieren independizar y a todos los asturianos nos la han concedido de facto. ¿ O alguien piensa que no?. Si es así, me explico.
En el año 2011, un partido de Asturias y para Asturias, liderado por el mejor político asturiano del momento (Francisco Álvarez-Cascos) y con mas de 14.000 afiliados logró un apoyo superior a 150.000 votos ¿Cual era su lema: "Mas Asturias, mejor España".
Nunca, ni en broma, se pensó el pedir algo que no fuera el ser una comunidad autónoma más dentro de esta gran nación que es España. Se pensó y creo lo pensamos todos, que "alguien" estaba haciendo un reparto injusto, con la riqueza de España, y una desigual carga con la aportación a la creación de la misma.
Ningún Gobierno instaurado en Madrid, con la excepción del presidido por Aznar, se fío nunca de los gobiernos del Principado de Asturias. No les faltaba en parte razón, pues el mal uso -cuando no la corrupción- de los "fondos, ayudas o subvenciones" -tanto europeas, como españoles- fue una constante desde 1983. Esto unido a la dejadez de los parlamentarios salidos de esta "tierra", fueran del signo político que fueran, facilitó y hasta justificó el abandono de las fieles, nobles y leales, gentes astures. Pues bien, a pesar de todo jamas nadie pronuncio la palabra independencia; tal vez porque nos sentimos España, a partir de las montañas de Covadonga. Otros parece ser que no piensan lo mismo. De ahí los movimientos mas o menos influyentes de partidos independentistas, desde las islas afortunudas hasta los confines de España en Finisterre.
La única oportunidad que hemos tenido de exigir lo que en derecho nos pertenecía fue en el año en que Asturias quedó fuera del control de los partidos "sumisos" a la Villa y Cort, es deci, cuando Foro llego al Gobierno. Lo que ocurrió después, desgraciadamente, lo sabemos todos. Presión del gobierno de don Mariano, desafección de los medios de comunicación asturianos, y campañas de desprestigio hacia la figura del ex-ministro, y -como no- el temor de algún poder "factico", a perder sus privilegios. Ya después, la poca valentía, el exceso de dirigismo y la falta de democracia interna, hicieron que el proyecto -que no la idea- se derrumbase estrepitosamente.
Y así se escribe la historia reciente de Asturias. Nos han abandonado a nuestra suerte (independencia de facto), mientras a los que la piden no se la conceden, pero si se les da lo que piden para que no se vayan. Pero "ojo" con estos precedentes de injusticias entre regiones, comunidades o como quieran denominarse, porque Asturias tiene su historia, su paciencia y su aguante, y nadie desea que "otro mesías" venga a "cerrar la válvula de escape" y termine estallando el aguante, como en 1934 o 1936 y siguientes.
Somos y queremos ser españoles, aunque nuestra patria es y será siempre Asturias. Pero no quijotes, que no se le olvide a nadie.
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