Recordando a Víctor Fernández García-Jove (Víctor Mayo)
En su momento, E. P., Carlos Cuesta, Alfonso Alonso Lobato y otras plumas de reconocida solvencia insertaron en LA NUEVA ESPAÑA el correspondiente obituario, con la calidez y buen hacer al que te hiciste digno merecedor a lo largo de tu fecunda vida, perfectamente constatada por toda la sociedad; también tú dejaste constancia de ágil pluma en LA NUEVA ESPAÑA.
Te fuiste en tu residencia estival de La Vecilla. Tu corazón partido entre Laviana y esta villa leonesa. En ambas localidades y sus ámbitos dejaste huella imperecedera de tu sencillez, sabiduría, bondad y simpatía a raudales.
Químico de profesión, larga dedicación a la docencia en puestos de responsabilidad y confianza, miembro activo en infinidad de eventos, principalmente de carácter cultural; en fin, un "todoterreno" de sólida formación religiosa.
Juntos, con un excelente equipo humano, luchamos durante muchos años para que la donación de sangre en Asturias alcanzase las cotas suficientes y cubrir las necesidades hemoterápicas de los enfermos de nuestro Principado.
Como coordinador de Laviana y vicepresidente de la junta rectora, tu labor ha sido encomiable. Laviana, puntera en solidaridad, alcanzó los primeros puestos en el ranking nacional y nuestra hermandad goza de un prestigio reconocido en las instituciones nacionales. Se puede decir que Víctor es el espejo del paradigma de la solidaridad: la donación.
En ocasiones, la Hermandad de Donantes de Sangre del Principado y, particularmente, sus directivos sufrimos los avatares de la política y la acción de los políticos, y más de una vez se nos quiso devorar sin conseguirlo. Con tu lealtad, tesón y sabio consejo, junto al de todos los compañeros de la junta, presentamos batalla a quienes desde su poltrona pretendían consumar la fagocitosis de la Hermandad. Estorbábamos a quienes tenían la obligación de apoyar nuestra labor y mimar con toda delicadeza al donante. "Sin sangre no hay medicina".
En la actualidad, la Hermandad discurre un poco al pairo de las procelosas aguas que imponen los ejecutivos del Centro Comunitario de Sangre y Tejidos, es decir, Cruz Roja Española (de quien depende el centro), institución, por otra parte, respetable y virtuosa, pero que no siempre sus dirigentes actúan con la debida corrección y transparencia. A la Hermandad, y sobre todo al donante, hay que protegerla, apoyarla y dar a conocer la verdad por donde navega.
Querido Víctor, yo no pude asistir a los actos de tu sepelio por encontrarme fuera de Asturias (y bien que lo lamenté), pero sé el grado de cariño que te profesaban el pueblo y la sociedad en general. Las oraciones las has tenido a torrenteras. Ya estás al lado de tu querida esposa, Lady, a quien en tus conversaciones recordabas frecuentemente. Toda tu familia, particularmente tus hijos, ha sentido y siente lo mucho que todos te queríamos. Ayer se celebró en Laviana, tu tierra natal, y organizada por la Hermandad de Donantes del Principado de Asturias, una misa, prueba evidente de cuanto queda narrado.
Se nos ha ido un gran samaritano, hombre bueno, leal, fiel, bondadoso, dócil, filántropo, solidario y con una gran carga de humanidad, todo un caballero.
Decía Séneca: "Con el fuego se prueba el oro; con las desgracias, los grandes corazones".
P. D. En estas mismas fechas fallecieron dos grandes amigos, don Mariano López Santiago, excelente persona y jurista de prestigio, que fue secretario general letrado de los ayuntamientos de Gijón, Laviana, Mieres, Aller y Caso. Recuerdo sus buenas enseñanzas y consejos cuando yo era un bisoño alcalde de Morcín. Y también don Pedro Augusto Prieto de la Huerta, empresario jubilado, al que me unía una gran amistad. Seguramente, en el camino hacia el cielo os habréis dado en el encuentro un fuerte abrazo. Descansad en paz.
Adiós, Víctor, desde el lugar privilegiado que en estricta justicia te mereces, acuérdate de nosotros, que en reciprocidad haremos lo propio.
Un abrazo y hasta que Dios quiera.
José Antonio Martínez Allende (Jama), expresidente y presidente de honor de la Hermandad de Donantes de Sangre de Asturias,
La Foz de Morcín
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