25 años sin el maestro Jaime Gil de Biedma

El ultimo día de septiembre una cita ineludible se fijaba en el calendario. Hace 25 años que el maestro de la generación del 50 abandonó este mundo. Ayer a las 12.00 horas se celebró en el salón de actos de la Biblioteca de Humanidades del Campus del Milán un homenaje, organizado por la cátedra Alarcos, al grandioso poeta Gil de Biedma. Josefina Martínez, viuda de Emilio Alarcos, directora de la cátedra y jubilada ya de la docencia en la Universidad, junto con los poetas y profesores García Montero, José Luis García y Carlos Marzaal. Fueron los encargados de desarrollar este encuentro literario y hacernos vibrar recordando a Jaime.

El acto comenzó con unos 15 minutos de retraso. A la hora exacta aún no había apenas público, tampoco los ponentes. El salón rozaba los 3/4 de aforo, algo nada desdeñable para la hora propuesta. Entre el público predominaba la izquierda: por aspecto, ideales, comentarios y porque estábamos en Humanidades. Empezado ya el evento, Ana Taboada, junto a otro compañero de partido, se deslizaron sigilosamente hasta apostarse en una de las primeras filas. Algo que llamó la atención del auditorio y de la directora de la cátedra, en todos los años que lleva presente la cátedra Alarcos nunca habían contado con nadie de la Corporación municipal en ninguna de sus ponencias. Dejando ver la nula percepción de la importancia de la literatura, de la poesía, de la cultura en general que imperaba en nuestros anteriores gobiernos locales.

Josefina comenzó dando las gracias a todos los que habían colaborado en el homenaje, comiéndose un tiempo importante. Continuó leyendo un texto autobiográfico de GdB, y recalcando su figura como paradigma y guía de vida. Dijo de él: la poesía más descarnada y personal de los poetas del 50 y recalcó unas palabras del poeta: uno no tiene más vida que lo que tiene escrito. Unos pequeños problemas de sonido salpicaron la intervención, fueron paliados por un operario, pero continuaron presentes en todas las intervenciones

Marzaal mostraba un gran empuje y ganas en su intervención. Dijo de Gil de Biedma: era el maestro de maestros, continuó: ayuda a descubrir la poesía, tropiezo emocional, de simpatía, que termina de acercarnos a la poesía, genera una sensación de proximidad, de intimidad máxima. Recalca su voz propia, su culturalismo natural alejado de la impostura, e incide en repetidas veces en calificarlo como el poeta del amor físico, el gran poeta erótico de su generación.

La intervención de José Luis se centró en destacar las diferentes etapas de la vida del poeta y relacionarlas con su evolución y fases poéticas. Parafraseó a Jaime: quien por placer no lea, que no me lea. Para terminar realizó una crítica generalizada sobre las obras póstumas, recalcando sus intenciones comerciales y monetarias. Y atacó las biografías que se habían realizado de GdB, en especial la de Dalmau, que calificó como: horrorosa, vomitiva. Terminada su intervención, que realizó de una manera tediosa, aburrida y generando una imagen de batiburrillo, mostró una queja por el tiempo empleado en dar las gracias y no haber empezado a la hora indicada.

El último en tomar la palabra fue García Montero, la intervención más esperada de la mañana. Amigo de Jaime, dijo de él que era uno de sus referentes literarios, junto con Angel González y Brime le ayudaron a descubrir su universo literario. Recalcó la importancia de la poesía anglosajona en el planteamiento poético del Maestro y cómo le hace acercarse y encontrarse con Cernuda. Prosiguió: Gil de Biedma distinguía entre fondo y forma, ponía en duda la tradición simbolista, que no cree en el trabajo, en el telar poético, que sólo en el fondo no se trata de expresar una verdad inmaculada, se trata de una verdad estética, que pueda generar algo en el lector. No debemos confundir el yo literario con la biografía del autor. Su poesía tenía cierto compromiso político, pero no en el modo tradicional de divulgación de consignas, sino como una indagación personal, descubrir, debido a que era de una manera concreta y no otra. Puso el acento, Montero, en su exclusión del partido comunista debido a su homosexualidad, Jaime supo elaborar una poesía de amor, erótica, sin dirigirse a nadie, sin mentar su homosexualidad, él sabía cómo escribir. José Luis interrumpió para traer a colación una teoría, en la cual exponía que su condición de homosexual nada tuvo que ver en su denegado ingreso en el Partido Comunista, a lo que el poeta andaluz respondió que a él se lo había contado GdB. Polémicas aparte, quedaron emplazados para discutir esto luego. García Montero concluyó reprochando a quien quiere convertir la poesía de Jaime en superficial, vislumbrándole como adalid de la homosexualidad, queriéndola sacar de su función principal: el pulso poético.

Los ponentes pusieron fin al homenaje declamando poemas de don Jaime. Lo que a uno le queda claro es que Gil de Biedma se llevó la vida por delante. Que la vida iba en serio / uno lo empieza a comprender más tarde ­/ como todos los jóvenes, yo vine / a llevarme la vida por delante.