A doña Sonia Fernández Blanco
Estimada y querida amiga, cuando la emoción emana y las palabras se vuelven diminutas para poder plasmar toda la emoción interna, cuando no sé cómo comenzar, cuando siento tanto que me cuesta continuar y poder expresar, cuando todo confluye, solamente puedo decirte gracias.
Gracias por caminar junto a mí.
Gracias por luchar conmigo y por no dejarme decaer; gracias, por hacerme ver la luz cuando ya no podía continuar.
Gracias por tu eterna sonrisa y por esa serenidad que me templa; gracias, por tu confianza en mí.
También lo siento porque mi sufrir asimismo se convierte en tu sufrir y siento todas esas lágrimas tan duras derramadas que ansío ya no estén más por llegar.
Gracias por hacerme brillar, por hacerme resurgir, por ver la luz conmigo y por siempre hacerme sonreír.
Gracias, y eternamente gracias, por tu presencia y por acompañarme en el periplo de la vida.
Querida Sonia Fernández Blanco, qué puedo decirte que no haya dicho ya, cómo poder radiar a la humanidad todo mi respeto y admiración hacia ti.
Estas insignificantes palabras se quedan cortas, muy alejadas de la realidad, puesto que es inmenso todo lo que necesito decirte y agradecerte, solamente gracias por cruzarte en mi vida y gracias por existir.
Leticia Fernández Alonso
Oviedo
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

