Carta abierta a los partidos: ofrezco mi voto
El 20 de diciembre tenemos elecciones generales. En unas semanas empezará la campaña electoral propiamente dicha (en la práctica, lamentablemente, parece que estamos en campaña permanente) y nos pediréis el voto. Yo me adelanto a esa petición y lo ofrezco ya.
Mi voto, un voto, parece poca cosa, pero como es lo único que tengo como ciudadano de a pie, yo le doy mucho valor. Por eso, voy a pedir algo a cambio; no será mucho, ya que, si se dan cuenta, lo adelanto y sirve nada menos que para cuatro años.
Cada uno pondrá sus preferencias en unos temas para decidir el voto; las mías van en la línea de los puntos que enumero a continuación y no exijo mucho, sólo digo que voy a estar atento a que, al menos, se mencionen esos temas durante la campaña.
1- España es un Estado social y de derecho con división de poderes. Eso dice la teoría, pero si asistimos al hecho, perfectamente legal, de la renuncia a su escaño de un diputado, de esos de toda la vida, para tomar posesión al día siguiente de un puesto en el Consejo General del Poder Judicial, a mí, al menos a mí, no me parece que esos poderes, el legislativo y el judicial, estén tan diferenciados como la prudencia aconsejaría.
2- Nuestro país tiene muchos jóvenes muy cualificados, cuya formación ha costado una fuerte inversión al conjunto de la sociedad. Muchos marchan a buscar suerte en el extranjero, estamos formando a la gente para otros países, con lo que eso supone de gasto. No me extraña que se marchen. Mientras en España las empresas les oferten con todo el descaro un puesto de trabajo sin cobrar, por unos meses, y no pase nada, lo dicho, no me extraña que se vayan fuera.
3- En España todos somos iguales, mentira: no todos pagamos los mismos impuestos; unos recibimos unos servicios y otros reciben otros, mejores o peores, pero distintos, todo ello dependiendo de la comunidad en la que te encuentres. Ni para morir somos iguales.
4- Un español, uno voto. Eso en teoría, ya que el peso no es el mismo. Para ilustrar mi juicio me remito a las elecciones generales de 2011, en las que la relación número de votos/número de escaños entre la muestra de partidos que tomo evidenció una disparidad preocupante: PP, 58.229; PSOE, 63.380; CiU, 63.391; IU, 152.800 y UPyD, 228.048. Incluso, remitiéndonos a Asturias, el peso del voto de los ciudadanos de la circunscripción central no tiene nada que ver con el que tienen los de las alas.
5- Nuestros políticos, ustedes, pueden tener un sueldo mejor o peor, no lo discuto. Lo que me parece vergonzoso es que un diputado no necesite, al igual que el resto de los españoles, 35 años de cotización para merecer el 100 por ciento de su haber regulador para calcular la pensión, que las retenciones de sus ingresos no se rijan por las mismas tablas que el resto, que cuando cesan puedan mantener más de una percepción de las arcas públicas, que cuando abandonan la política les espere un puesto en un consejo de administración de alguna empresa pública del que cobrarán (como se dice ahora) un pastizal por casi hacer algo.
6- Tenemos un sistema autonómico mejorable, lo que yo me pregunto es si se puede mantener, si la relación entre pros y contras lo hace sostenible. A todos, en nuestra vida privada, nos gustaría vivir mucho mejor, pero debemos priorizar y privarnos de muchas cosas, sencillamente porque no podemos pagarlas. Algo parecido está ocurriendo con las administraciones autonómicas, que sencillamente no podemos mantenerlas tal y como están. Para agravar el asunto, algunas de las competencias derivadas desde la Administración central a las autonomías están provocando desigualdades, que con el paso del tiempo van en aumento.
Ésta es mi opinión, éstas son mis humildes peticiones. El partido que, a mi juicio, se haga merecedor a ello tendrá mi voto. Sólo es un voto de un ciudadano de a pie, no se alarmen.
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