Cáritas y los corifeos del Gobierno
Los tertulianos fanáticos del Gobierno, a imagen del señor ministro de Hacienda, vuelven a desmentir las cifras de Cáritas España, quien en la memoria de 2014 indica que más de la mitad de los hogares que han acudido el año pasado a solicitar algún tipo de ayuda material a la organización tienen entre sus miembros uno con un trabajo por cuenta ajena. Y añaden que el salario es tan abyecto que no les permite mantener a su familia con dignidad, cubrir las necesidades básicas.
Cual rebaño siguiendo al portador de la zumba, salen en tropel y niegan la evidencia, la realidad que sufrimos, palpamos y comprobamos día a día los voluntarios de Cáritas. Testigos de una desigualdad creciente, una injusticia social cada vez más intensa, dura e intransigente.
Alguno de los propagandistas oficiales, voceadores de teorías de conspiraciones (cristiano-izquierdistas en este caso y no judeo-masónicas, menos mal) afirman como causa de la mentira de nuestras estadísticas que el máximo dirigente de Cáritas ocupa no sé qué puesto en Podemos. Burdo intento de descalificar a una organización entre cuyos méritos, ninguno para estos idólatras del Gobierno, alguno para otros y muchos para los que ven cómo palía el abandono al que instituciones públicas les condenan, están la universalidad, la transversalidad y la tolerancia.
En el culmen de su ignorancia, creen que Cáritas es una organización piramidal, al igual que sus empresas o partidos, ni siquiera se han parado a consultar los estatutos, que figuran en las páginas de cada diócesis, y opinan, berrean, en una defensa numantina de sus adalides, cualquier falacia, sin importarles el daño que puedan causar y a sabiendas de sus calumnias. Su única misión es proteger a líderes endiosados que son incapaces de aceptar una realidad social empeñada en desmentir sus éxitos.
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