Dicen que "laran, laran"
Así se expresaba un vecino de Pola de Lena de últimos del XIX y mitad del XX, muy politicón él, aunque no creo que haya ejercido cargo político alguno ni recuerdo de qué partido era "fan", como hoy día se dice.
El caso es que cuando algún orador se dejaba oír en Pola de Lena, a don Ángel Parada, que era el vecino al que hacemos alusión, le preguntaba algún amigo: ¿qué están diciendo, Ángel? Y siempre contestaba: "Dicen que laran, laran", y entonces, como ahora, las promesas se convierten en lo mismo: "No laran, no laran", es decir: no harán nada de lo prometido.
Todo esto viene a cuento para analizar promesas hechas en las últimas elecciones.
En relación con los impuestos tributarios y especialmente con el de sucesiones y donaciones, sabido es que los que vivimos en Asturias somos tratados muchísimo peor que otros españoles, que son como nosotros pero que tienen la suerte de vivir en otras comunidades. Sería lógico que asturianos (supongo que son asturianos ya que al menos viven en Asturias) que gobiernan nuestra comunidad protegiesen a sus conterráneos, como hacen en otras comunidades; pero, desgraciadamente, no es así y nos colocan a la cola de todos los españoles.
Antes de la campaña electoral, en el Club Prensa de LA NUEVA ESPAÑA, ofrecía una conferencia muy sensata la catedrática doña Manuela Fernández Junquera sobre la desigualdad de trato entre comunidades; las hay que están casi sin tributos en sucesiones y donaciones, y otras, como Asturias, tienen un tributo exagerado. Cierto que en Asturias si la cuota tributaria no llega a 150.000 euros el heredero queda exento de impuestos, pero si rebasa de tal cantidad, pasa a tributar desde el primer euro, una auténtica anomalía.
Quizás haciéndose eco de lo dicho en tal conferencia, los principales partidos políticos (PP y PSOE), en sus programas electorales, prometían eliminar tal impuesto, con la diferencia de que el PSOE sólo prometía desgravar en todo caso los 150.000 primeros euros.
¿Qué es lo que realmente está sucediendo? Lo que está sucediendo, si no hay marcha atrás, es lo ocurrido en el Pleno de la Junta General publicado en LA NUEVA ESPAÑA el día 2 de octubre pasado. La diputada popular Emma Ramos pregunta sobre la solución que se va a dar por el equipo de gobierno a lo prometido en materia impositiva. La consejera de Hacienda, del PSOE, Dolores Carcedo, dice que hay inconvenientes que exceden de las competencias de la autonomía, cuando, en realidad, sabemos que cada autonomía, con tal impuesto, hace lo que cree oportuno y siempre, como se ve, en beneficio de los ciudadanos que en ella viven, aunque sean naturales de otra comunidad.
También dice Dolores Carcedo que quitar los 150.000 euros supondría recaudar 35 millones de euros menos.
Ahora me pregunto yo: Carcedo y Fernández, cuando se elabora el programa electoral, ¿no eran conscientes de que la promesa que hacían supondría tal merma de ingresos? Sin embargo, la introdujeron y ahora vienen con éstas. Carcedo y el Presidente no la contradicen, lo que quiere decir que desde el primer momento de la creación del programa electoral sabían que no cumplirían tal promesa, es decir, que desde dicho primer momento nos estaban mintiendo, y mentir ya se sabe lo que es: decir lo contrario de lo que se piensa y, además, con ánimo de engañar.
Veremos en las próximas elecciones generales lo que prometen unos y otros y a quién daremos más credibilidad. De todos modos, todo lo que decimos del equipo que nos gobierna quizá lo podríamos decir de la oposición, en caso de que estuviera gobernando.
¿Tendremos que seguir entonando el "dicen que laran, laran"?
Teófilo Castañón de la Peña
Oviedo
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