Así te veo, así te trato
Cuenta la mitología griega que Zeus se unió a la oceánide Eurínome y juntos engendraron a las Gracias, diosas de la elegancia y la alegría.
Decía mi madre "a si te veo, así te trato" siempre que me veía mal vestido, o cuando iba a un nuevo trabajo; era como decir "vístete bien y recibirás un buen trato". No sé si tenía razón, pero me pasé toda mi vida laboral vestido de traje y corbata de lunes a sábado. Hoy, cuando mi hija se compra esos pantalones vaqueros rotos, pero más caros que los nuevos, siempre me dice "¿qué pensaría la abuela?".
Ha pasado mucho tiempo desde que se decía que en Oviedo, La Coruña y San Sebastián se vestía muy bien, hoy con la globalización hasta en eso nos hemos uniformado.
Antes para ser un buen político había que saber cambiarse de chaqueta a tiempo si no se quería quedar defenestrado; hoy corren otros tiempos y lo que se lleva en nada tiene que ver con las Gracias de la mitología. Hace unos pocos años el político Albert Rivera aparecía en campaña en pelotas tapando sus parte pudendas sólo con sus manos; ha pasado el tiempo y ahora no sólo viste bien, sino que aspira a gobernar el país.
Tenemos otro caso, Ada Colau, que sólo hace un año se vestía de supervivienda, con capa, máscara y leotardos amarillos, y, ahora, alcaldesa de toda una Barcelona.
En Asturias tambien tenemos, no vamos a ser menos; tenemos dos casos, el edil electo por Somos y secretario general de Podemos en Oviedo, don Rubén Rosón, que en 2012 era conocido por "Superpública", el "Rayo Verde", que, enfundado en una malla de lycra verde, incluida cabeza, en la toma de posesión de don Vicente Gotor apareció con una pancarta que decía "Recortes n'educación, non".
El otro caso asturiano es muy curioso: el secretario de Podemos Asturies. Éste no se transvistió, adegalzó, cambió un poco el color del pelo y pasó de delegado en Asturias de la Chunta Aragonesista, es decir, pasó del "puxa Aragón llibre" a "puxa Asturies".
Estarán conmigo en que el dicho de mi madre "así te veo, así te trato" hoy no tendría mucha razón: hoy es la política de efectos, el que se hable de mí, aunque sea bien.
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