Laso y los autobuses
Hace ya varios años que se encontraron en Oviedo dos amigos: uno Gabino de Lorenzo y el otro José María Laso. Como siempre fue un encuentro amistoso. Al final de la amigable charla el Alcalde le dijo a José María que deseaba regalarle un caballo a lo que Laso le respondió que ya no estaba para esos trotes.
Con el impecable paso de los años la salud de José María se ha ido deteriorando, y en estos momentos se encuentra en una residencia que hay en la calle Santa Susana.
De los numerosos amigos de Laso van quedando cada vez menos, muy pocos, y es que ahora para estar con José María hay que ayudarle, darle la comida, empujar la silla de ruedas en la que se encuentra postrado y naturalmente eso solamente lo hace Víctor el Ruso, su compañero y amigo incondicional, en las poquísimas ocasiones en las que Víctor no puede lo hago yo.
El pasado 30 de noviembre, fui a recogerlo con la intención de traerle a mi casa a comer, como yo no tengo un vehículo que me permita subir en él la silla de ruedas me pareció que el autobús número 9 que tiene una de sus paradas en la calle Calvo Sotelo muy cerca de la residencia donde se encuentra internado José María nos vendría muy bien para su traslado puesto que esa línea también tiene una parada al lado de mi casa, así que en esa parada de Villamejil le pregunté a uno de los conductores si el vehículo estaba en condiciones para poder subir y bajar la silla de ruedas de un impedido y me contestó rotundamente que no, que la rampa instalada a tal efecto en el autobús se encontraba estropeada. Pensando que sería un problema específico de esa unidad esperé a la siguiente para hacer la misma pregunta y recibí igual respuesta, pero además el conductor de este último autobús me dijo que no se hacía responsable de una caída. Las palabras sobran. ¡Lamentable!
Mientras nuestros grupos municipales se dedican últimamente a enzarzarse en debates tan importantes como si los sueldos de nuestros representantes municipales son altos o bajos, o los caballos son o no son del Alcalde, en Oviedo un buen número de ciudadanos que además son los que más lo necesitan no pueden utilizar los transportes urbanos de nuestra ciudad porque éstos no reúnen las debidas condiciones, por lo visto los impedidos no son responsabilidad de nadie. ¡Qué pena!
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