¿Se quiere ir Aznar a Ciudadanos??
Podría llegar a pensarse que el mayor adversario político de Mariano Rajoy para el 20-D no es Pedro Sánchez, ni Albert Rivera, ni Pablo Iglesias. Es el presidente de honor del Partido Popular, José María Aznar, que fue quien lo nombró digitalmente para su sucesión y quien de un tiempo a esta parte se empeña en ponerle las cosas difíciles. Aznar dedica su vida a afear la conducta a los populares, hasta el punto de que sus críticas y propuestas coinciden casi de lleno con las de Ciudadanos.
A decir verdad, Aznar nunca fue un hombre simpático, agradable o seductor como algunos de sus antecesores en la presidencia del Gobierno tal que Adolfo Suárez, Felipe González o Calvo Sotelo, el más socarrón y culto de todos ellos. Aznar presume de españolista, pero le entregó al nacionalismo el combustible para propulsar sus reclamaciones independentistas. Y, ahora, parece negarlo.
Cualquier persona, incluso José Mari, puede tener un mal día y hacer un comentario desafortunado; aunque dos días son preocupantes, pero tres o más comentarios crueles contra el candidato popular parece una verdadera estrategia. Aznar se ha erigido en el Pepito Grillo como si él no tuviese nada que ver con la situación actual de España y no hubiese dejado un país con muchos de sus caminos minados. Porque una gran parte de las debilidades españolas actuales vienen de su etapa de burbujas, corrupción, falsa riqueza y guerras ilegales. Y él lo sabe.
Empeñado en culpar a Mariano Rajoy de la posible derrota electoral del PP, el próximo 20-D, y de la deriva independentista catalana, defiende como positiva su entrega a los nacionalistas desde 1996. Él cortó la cabeza (en el buen sentido) al antinacionalista Vidal-Quadras, cedió Educación para fabricar generaciones de independentistas, expulsó de campos y calles catalanes a la Guardia Civil y la Policía Nacional, y permitió la inmersión lingüística que convirtió el español en idioma extranjero.
Pese a todo ello, Aznar da la sensación de que se nos quiere ir a Ciudadanos. De forma redundante utiliza su argumentario. Y muchos de sus planteamientos coinciden con los de Albert Rivera. Asimismo, acaba de darle plantón a Rajoy, en el reciente Congreso del PP Europeo en Madrid, hace unos días, a pesar de haber sido invitado formalmente, alegando un viaje a Estados Unidos.
Ante todo ello, no parece que José María Aznar aspire a una rectificación de las políticas de Mariano Rajoy; de ser así se lo comentaría en privado como le pidió el propio presidente.
Lo que parece ambicionar el ex presidente Aznar es desautorizarlo. Derrotarlo, en un palabra. Lo mismo que pretende toda la oposición.
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